Después de escuchar el testimonio de la víctima, la de los funcionarios de Carabineros que participaron en el procedimiento, más otros medios de prueba, los jueces
decidieron condenar, por votación unánime, a las dos personas cometieron un asalto en la estación de servicio Copec, de diagonal Don Bosco. La fiscal Alejandra Guevara Mendoza pide que Gino Ojeda Cerda y Guillermo Arias Orellana, sean sentenciados a 10 años de cárcel, como autores del delito de robo con intimidación. Los jueces acogieron la agravante que perjudica a ambos, “esto es la de ser dos o más los malhechores”.
Respecto al delito de amenazas por el cual fue acusado Ojeda Cerda, la justicia lo absolvió porque las pruebas presentadas no resultaron suficientes para concluir que se hubiera configurado este ilícito. La sentencia, que será redactada por el juez José Flores Vázquez, se comunicará en la audiencia del miércoles 9 de febrero, a las 12.45 horas.
Asalto
Estas personas utilizaron un arma a fogueo, tipo pistola, para cometer el asalto. El 10 de septiembre del año pasado Arias y Ojeda llegaron alrededor de las cinco de la madrugada a la Copec. En la estación de servicio había de turno un “bombero” al que estas personas le compraron cigarrillos. Cuando éste sacó dinero para entregarles el vuelto los sujetos se percataron que tenía en su poder un fajo de billetes. Según se desprende de las declaraciones entregadas en el juicio, ambos se fueron pero volvieron después con la intención de arrebatarle el dinero. En esos momentos entraron en escena los acusados, “cubriendo sus rostros, con el objetivo de robar, procediendo Gino Ojeda a extraer desde sus vestimentas un objeto de similares características a un arma de fuego tipo pistola con la, cual amedrentó e intimidó al bombero, exigiéndole la entrega del dinero del local”, según antecedentes de la investigación plasmados en la acusación que la fiscal presentó en contra de ambos. La amenaza fue que en caso de negarse a entregar el dinero lo mataría. “Al mismo tiempo el acusado Guillermo Arias, en forma violenta y agresiva, insistía a la víctima que le entregara el dinero del local”, al momento que incitaba al otro acusado a que lo matara en caso de no cumplir con la entrega del dinero. Ante lo serio de las amenazas, la agresividad desplegada y el uso de un arma, el “bombero” entregó a los acusados el dinero que tenía en esos momentos, que no superaba los
$ 40.000 y que el afectado guardaba en sus bolsillos.
Los acusados huyeron de la estación de servicio, pero al salir Ojeda se topó con un taxista que en esos instantes había llegado al servicentro. Cuando esta persona declaró en el juicio ratificó que fue amenazado de muerte por el antisocial con la pistola que simulaba ser un arma de fuego. Este episodio sirvió para alertar a otros taxistas sobre lo que había sucedido y por radio entregaron la descripción de los autores. Uno fue entregado personalmente por uno de los taxistas al carabinero de guardia en la Prefectura de Magallanes.