
El jefe de la carrera de sicología de la Universidad de Magallanes (UMAG), Eduardo Pino, explicó que la experiencia a la que se enfrenta el alumno que ingresa a primero básico se relaciona con integrar un ambiente más estructurado que el jardín infantil, “por lo que el desafío del autocontrol es uno de los más importantes”, afirmó el académico.
Esto lo obligará a comenzar a formar un pensamiento más elaborado, que involucre ir superando su egocentrismo, “con el fin de ir comprendiendo los roles y las jerarquías” que conforman el nuevo escenario al que se está enfrentando. A su vez, se presenta la oportunidad de ir cimentando las primeras amistades con mayor relevancia respecto a los lazos afectivos que no eran frecuentes en la pre escolaridad.
Además, los menores deberán asumir nuevos desafíos cognitivos, como la lectoescritura, por lo que es conveniente que los padres inicien actividades utilizando los cuentos para que se vayan introduciendo en el tema.
Para enfrentar estos cambios de buena manera, los papás juegan un papel fundamental, siendo aconsejable que se converse con el hijo de su entrada al colegio de forma optimista, dando a entender que es un proceso entretenido, “repitiéndoles que las cosas saldrán muy bien y que ellos nunca dejarán de contar con su apoyo. Esto, porque en un porcentaje menor de niños se observa una marcada ansiedad a la separación en los primeros días”, agregó el especialista.
Una fórmula adecuada para ayudar a los hijos a que vaya disminuyendo su angustia y el llanto por asistir a clases es que, por ejemplo, los padres los estén esperando a la salida del colegio, sin retrasos, porque eso les genera confianza y no sienten abandono. A su vez, cuando los padres se retiran del establecimiento, deben demostrar confianza en la profesora que se queda a cargo del hijo, porque “la transferencia de emociones negativas es rápidamente captada por los niños, pero no manejada por ellos, a diferencia de los adultos que deben mantener el control de la situación”, advirtió Pino.
Otro método aconsejable, es que los padres acudan con los niños a comprar los útiles escolares y se aproveche de conversar respecto de los interesante que será este año para ellos, y “entregarles algún objeto que les dé confianza y puedan andar trayendo, una especie de regalo simbólico, no costoso, como reconocimiento por la nueva etapa que enfrentarán”, añadió el sicólogo.
Horarios
Para evitar problemas con la hora de levantarse, los menores deben, una semana antes de ingresar a clases, acostarse temprano y regularizar la alimentación, evitando el azúcar en exceso para que no les genere hiperactividad. Asimismo, el desayuno debe ser liviano, al igual que la colación.
Si es mucha la ansiedad del niño o demuestra temor por la nueva etapa que comenzará, los padres pueden llevarlo a conocer el establecimiento e ir comentándole lo divertido que será, desde marzo cuando comiencen las clases, que aprenda cosas nuevas y tenga nuevos amigos.