Pese a que tomó con “extrañeza” los malos tratos que los trabajadores le inculpan, valoró la decisión de la intendenta de solicitar un sumario a Contraloría para que se esclarezcan las dos versiones entregadas. Las graves acusaciones que apuntan en contra de Ximena Cifuentes, la jefa de la División de Administración y Finanzas (DAF) del Gobierno Regional (GORE) -y cargo de exclusiva confianza de la intendenta Liliana Kusanovic-, por parte de los funcionarios de la entidad representados en la Asociación de Funcionarios del Servicio, incentivaron ayer a la funcionaria a entregar su propia versión de los hechos negando los malos tratos que se le inculpan y calificándolos de “infundados”.
Esto, luego de que el miércoles la intendenta haya accedido a la petición de la directiva de la asociación para conocer su reclamo de fuente directa, mediante una reunión que sostuvieron y que movió a la primera autoridad regional a tomar la decisión de solicitar un sumario administrativo general a Contraloría para esclarecer las denuncias realizadas por los trabajadores.
“Estoy feliz con la acción que hizo hoy (ayer) la intendenta con este sumario administrativo que se pidió a Contraloría, porque hace transparente una investigación, dado que hay dos versiones de los hechos”, dijo la Jefa de la DAF, añadiendo que estaba tranquila y que no tenía nada que temer porque “yo no le he faltado nunca el respeto a un funcionario y tampoco nunca un funcionario me lo ha mencionado, nunca la Asociación me ha hecho llegar ninguna queja”.
De esta manera, afirmó desconocer las graves acusaciones en su contra a las que reaccionó con extrañeza pues consideró que se deberían haber canalizado mejor las cosas si los funcionarios le hubieran planteado las quejas primero a ella. “Todo se soluciona conversando y nunca se me solicitó esa instancia”, señaló al respecto.
Agregó, asimismo que “no ha habido nunca ni una falta de respeto, un mal trato, ni un grito, ni un garabato, nada, por eso no sé qué desencadenó los hechos que denuncian o qué les molesta”.
Consultada entonces, a qué atribuía los duros términos que se le imputaron, respondió: “Hay un aumento en el nivel de exigencia, eso es verdad, la forma de trabajo no es la misma, la ejecución de las tareas no se hace de la misma forma que antes, no sé cómo se hacía antes tampoco porque no tengo antecedentes, pero sí hemos tratado de automatizar los procesos, generar sistemas nuevos, ha habido cosas nuevas que se han hecho. Se ha tratado de automatizar procesos que generan también que los trabajos de los funcionarios se optimicen, se optimicen los tiempos”.