
Paralelamente a este inconveniente, le siguieron las tardías designaciones de los miembros de su gabinete regional, que durante los primeros meses generaron confusión e incertidumbre respecto a cómo se iban a sacar adelante las diversas carteras, en el complejo escenario presupuestario, si rondaban solamente nombres extraoficiales y la mayoría con experiencia en el ámbito privado, trascendidos que, fueron tomando forma “por goteo” hasta mediados de abril, que fue la fecha en que quedó constituido el gabinete completo.
Otro conflicto fue el largo proceso del retorno a Magallanes de los $ 4.200 millones por concesión de Zona Franca y la herencia de los vicios en los procedimientos que resultaron de la administración anterior para la construcción del monumento chilote de la Goleta Ancud.
Finalizando el 2010, la situación se fue agudizando; primero, con la determinación gubernamental de “reordenar” los estamentos públicos del Estado, con una serie de despidos en el sector que trajo consigo movilizaciones y un paro de casi una semana, convocado por la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) de la región.
Un clima de descontento que de a poco se fue consolidando para dar paso al movimiento que desató la crisis final: el alza en las tarifas del gas que la ENAP anunció a fines de diciembre pasado y que el GORE justificó y defendió hasta que la ciudadanía alzó la voz para impedir la medida.