
De acuerdo con las investigaciones de WhaleSound que se desarrollan en el lugar desde hace 12 años, la temporada de alimentación de las ballenas en el estrecho se prolonga entre diciembre y abril, por lo que cada cuatro semanas una nave tipo Panamax circula por el canal del Jerónimo. Ahora, se espera que la frecuencia aumente a nueve o diez embarcaciones de gran calado mensualmente. De este modo, están conscientes de que siempre existe la posibilidad de que ahuyenten a las ballenas o, eventualmente, se produzca algún contacto o colisión. Por lo mismo, “no podemos descartar la posibilidad de impactos y estamos atentos para evaluar, sobre la base de datos empíricos si el incremento drástico de frecuencias tendrá efectos en el comportamiento de los mamíferos marinos -por ejemplo, en los puntos de permanencia y/o de población en el Parque Coloane- así como lo hacemos con cualquier factor, incluyendo nuestra propia actividad, que evaluamos permanentemente”.