
Minutos más tarde, llegó al lugar el dueño del local, quien procedió a reducir al sujeto y denunciar el hecho a la policía uniformada y fue detenido.
Ayer en el control de detención, el imputado, quien tenía una gran mancha de sangre en su polerón, se defendió argumentando que “estaba borracho, no recuerdo muy bien. Pero me acuerdo que llegó el señor y me comenzó a pegar martillazos. Yo le decía que parara, pero no se detuvo y me pegó aquí (indicando el torso) y en la pierna”.
Sin embargo, el fiscal leyó la constatación de lesiones realizada en el hospital clínico, el que decía que Villarroel sólo presentaba un corte en la mano, el cual se habría provocado cuando quebró el vidrio del local.
Al final de la audiencia, el juez determinó que el imputado deberá firmar mensualmente y no deberá abandonar la región, al menos durante los 90 días que dure la investigación de los hechos.