La próxima semana se entra en “tierra derecha” al regreso a clases, incluso un colegio comienza su período escolar, siendo el primero en la región, pues la gran mayoría retoma las labores estudiantiles en marzo. Según los expertos, estas dos semanas previas a retomar la rutina de todo el año son importantes para ir adaptando paulatinamente a los hijos a las nuevas responsabilidades que deberán asumir, como: levantarse temprano, restringir el tiempo destinado para los juegos y dedicarse a estudiar.
El primer consejo es que los padres no se refieran a la asistencia a clases como algo que hay que temer o utilizarlo como una amenaza, diciendo: “cuando tengas que ir al colegio no vas a poder hacer esto” o “aprovecha ahora porque cuando vayas al colegio no tendrás más permisos”, porque los menores van formando en su mente una antipatía a su deber como estudiantes.
Por el contrario, es recomendable que la familia converse y se ponga metas, que el hijo exprese lo que espera para este año, lo que le gustaría aprender y que se comprometa a realizar el máximo esfuerzo para conseguir ciertos logros. Lo mismo para los padres, quienes deben asumir su deber de apoyar a los menores en su proceso de aprendizaje, acudir a las reuniones de apoderados, estudiar con ellos, entre otras responsabilidades que influyen en el éxito escolar del alumno.
“Un ejercicio interesante que se puede hacer con los niños, es que los padres le pregunten acerca de los aspectos que más le gustaron del año pasado en el colegio, para proyectar que se seguirán repitiendo”, explicó el jefe de la carrera de Sicología de la Universidad de Magallanes (UMAG), Eduardo Pino. Generalmente, lo que destacan los hijos, tiene que ver con aspectos sociales: amigos y juegos lo que ayuda a “dar al niño la sensación de control frente a su ambiente, ya que aunque le cueste, podrá superar sus limitaciones si siente que depende de él, evitando indefensiones que le provocarán tristeza y aislamiento”, explicó el académico.
Logrando una buena comunicación, los hijos podrán entender los cambios que se deben comenzar a realizar en cuanto, por ejemplo, a los horarios, puesto que una semana antes, los niños deben comenzar a acostarse más temprano, para lo cual es necesario que los padres generen en la casa un ambiente acorde para ello, apagando las luces y si miran televisión, que sea con un volumen adecuado. Que se note que el día se acabó y que es hora de dormir.
Una técnica muy utilizada para que no sea “un caos” el levantarse temprano, es que los hijos despierten con el aviso del despertador y cada día 15 minutos antes. Pero no sólo hay que lograr que los niños salgan de la cama, también deben tener alguna actividad que hacer, porque de lo contrario, no tiene sentido que se levanten antes, sólo para aburrirse.
Este ordenamiento, también debe aplicarse en la alimentación. Es necesario que se respeten los horarios de las comidas y se eliminen las golosinas, pues el exceso de azúcar genera ansiedad en los menores.
En relación al repaso de materias días antes de retornar a clases, es recomendable cuando se haya registrado una debilidad en comprender el contenido mínimo de la asignatura durante el año anterior. Cuando no existen problemas, dos o tres días antes un repaso de una hora, también puede ser un aporte.
El sicólogo también recomienda que los padres junto a su hijo confeccionen un horario con dibujos y colores, indicando todas las actividades del día, no sólo incluyendo las horas de colegio, sino que también los juegos de la tarde, las horas de comida, visitas a familiares y todo lo que se realice, ya que “los niños tienden a pensar en forma concreta, por lo que todo este apoyo visual les ayuda a organizarse de mejor manera y motivarse para lo que les gusta hacer, y lo que no tanto”, afirmó Pino.
La responsabilidad y la disciplina para el estudio no se aprende gracias al establecimiento, siempre es la familia la que debe inculcar estos hábitos que acompañarán a los menores durante toda su vida.