
El costo total de esta iniciativa es de $496 millones, de los cuales FIA aporta $332 millones, y su propósito es integrar y articular los eslabones de la cadena de valor de la papa nativa.
El PIT, a su vez, ha creado y puesto en marcha un plan de desarrollo productivo en la provincia de Chiloé, generando un sistema de cultivo y de abastecimiento de tubérculo-semilla certificados.
Entre los hitos 2010, destaca la fabricación con fines agroindustriales —por parte de la UACH— de los primeros formatos de alimentos elaborados a partir de papa nativa. Entre éstos figuraron las hojuelas o chips, papas precocidas y envasadas al vacío. Todos ellos se encuentran en etapa piloto.
La ejecutiva de innovación de FIA y supervisora del PIT, Paulina Erdmann, señaló que, en el marco del programa, “se buscó agregar valor a la materia prima producida, dadas las cualidades diferenciadoras de las papas nativas (distintos colores, sabores y características del almidón, entre otras) respecto a las papas que tradicionalmente se consumen en el mercado nacional”.
En ese contexto, el Departamento de Agroindustrias de la UACH aplicó diferentes procesos tradicionales —como la producción de chips—, pero además innovando en otros que permitan conservar a las papas como un producto sano, para lo cual se utilizaron sistemas como el horneado y la cocción al vacío.
Agregó que, en la elaboración, también se efectuaron varios paneles de degustación para obtener los productos con las mejores características organolépticas. En el marco de estas actividades, además, se capacitó a un grupo de personas interesadas en el procesamiento de papas nativas.
Por el momento, estos tubérculos se están comercializando sin procesar en cadenas de retail, como es el caso del Jumbo, que están interesadas en vender una oferta asociada a la pequeña agricultura y a un territorio: la Isla de Chiloé.