Escenas de profunda emoción se vivieron ayer a las 20.30 horas en el Muelle Prat de Punta Arenas, cuando arribaron los primeros 24 sobrevivientes del naufragio del buque pesquero “Faro de Hércules”, ocurrido el jueves cerca de la Isla Guarello, a 440 kilómetros al noroeste de la capital de Magallanes.
Los primeros tripulantes llegaron a bordo del patrullero “Cabrales” de la Armada. Decenas de amigos y familiares los esperaban en el puerto y no podían contener el llanto al divisar a los sobrevivientes en cubierta.
Juan Quispe, suegro de Francisco Quijada Vergara, esperaba con ansia a su yerno. “Yo trabajo en la empresa y por ello conozco a casi todos los tripulantes que sufrieron el naufragio. Es una alegría enorme saber que la mayoría está en buenas condiciones. Ayer (viernes) aún no sabíamos quienes estaban a salvo y quienes no, pero cuando confirmaron los nombres nos embargó una alegría inmensa, pero a su vez una pena por quienes aún no logran ser rescatados. La esperanza es lo último que se pierde”.
La hermana de Alberto Arjel, otro de los rescatados, no pudo contener las lágrimas esperando a que bajara del buque. También señaló que tenía más amigos en el barco naufragado.
Sin embargo, otros familiares de los naufragados no tenían la misma suerte. Luis es hermano de Patricio Jiménez Zúñiga, quien aún no ha sido localizado. Sin embargo, concurrió al lugar porque “se han salvado 38 y es un milagro. Reconforta ver gente conocida que esté en buenas condiciones, independiente de lo que le pase a Patricio. Es un verdadero milagro. Dentro del dolor que siento, porque tengo un hermano prácticamente perdido, es gratificante”, dijo sin ocultar los sentimientos encontrados que le invadían.
Luego de algunos minutos, en los cuales se realizaron las maniobras de atraque, los rescatados comenzaron a descender uno a uno, y abrazaban a quienes les esperaban en tierra, poniendo fin a la angustiante espera.
Momentos de gran alegría se vivieron en aquellos instantes cuando se reencontraron los náufragos con sus padres, esposas e hijos, mientras continuaban su recorrido hacia el bus que los trasladó hasta el hospital de la Mutual de Seguridad. Todos se mostraron felices y tranquilos. Sin embargo, cuando emprendían el trayecto hacia el centro asistencial por avenida Costanera del Estrecho, muchos no aguantaron las lágrimas recordando la tragedia vivida y a Rubén Espinoza Scanu, Patricio Jiménez Zúñiga, Eduardo Andrade Lara y Guillermo Cáceres Montenegro, quienes permanecen aún extraviados en alta mar (ver nota página 6).
Experiencia traumática
Ya en el hospital, los rescatados fueron atendidos por sicólogos y médicos, quienes constataron que sólo sufrieron lesiones de carácter leve, aunque también una gran carga de estrés producto de la extrema experiencia que vivieron. “Como mutual nosotros los vamos a seguir evaluando (...) lo recomendable ahora es que se produzca un período de descanso, con chequeo constante. También si la familia lo requiere, contamos con un equipo que responde a un programa de intervención en crisis y dentro de eso estamos dispuestos a facilitar toda la ayuda requerida”, declaró el jefe del área de Sicología, Enzo Arias Isla.
“Hay unos que presentan cuadros más graves que otros, ya que algunos cayeron al agua o sufrieron otras situaciones traumáticas, pero depende de cómo lo estén viviendo cada uno de ellos”, manifestó Arias.
Con respecto a los familiares de quienes aún están desaparecidos, el sicólogo manifestó que se les prestará apoyo.
El doctor Alcayaga, quien constató las lesiones sufridas por los rescatados, afirmó que todos estaban en condiciones de retirarse a sus domicilios.
“Lo que vivimos no se lo doy a nadie”
El segundo oficial de la nave siniestrada, Rubén Vásquez Espinoza, fue el escogido entre los rescatados para hablar con la prensa, ya que fue evaluado como el que presentaba mejores condiciones. Sin embargo, su rostro compungido delataba que aún sufre por la traumática experiencia que vivió.
“Estamos felices de llegar a tierra firme, de poder comunicarnos con nuestras familias y de haber salido con vida, pero también estamos muy tristes por nuestros compañeros desaparecidos, ya que aún no se sabe nada de ellos”, declaró Vásquez con voz apesadumbrada.
“Lo que vivimos no se lo doy a nadie, fue muy fuerte: haber saltado del barco a la balsa y estar más de 12 horas arriba de ella con mal tiempo fue terrible. Esto recién lo estamos viviendo, es una parte de un proceso que creo vamos a sufrir todos. El aspecto sicológico va a ser difícil y trataremos de llevarlo bien. Lo más difícil es no saber de nuestros compañeros perdidos, esperamos que estén bien”, dijo Vásquez.
Según el segundo oficial, el naufragio se produjo por las malas condiciones de tiempo y la mayor escora del barco.
Llega el segundo grupo
A la 0.30 horas de ayer arribaron al Muelle Prat de Punta Arenas el segundo grupo de sobrevivientes del “Faro de Hércules”, compuesto por 14 tripulantes. Al cierre de esta edición, eran atendidos en el hospital de la Mutual de Seguridad, donde se constataba que no sufrieron lesiones de consideración a causa de la tragedia.