“Si hubieran pasado otras cinco horas, no lo habríamos contado”

General
28/02/2011 a las 09:25
Aún sobrecogido por la experiencia vivida, Roberto Ulloa, uno de los sobrevivientes del naufragio del “Faro de Hércules”, relató lo que fue “la experiencia más dura de su vida”. Con sus 26 años, proveniente de Chiloé, se desempeñaba en tareas de la factoría de la embarcación y alrededor de las 18.00 horas, minutos antes de ir a comer, llegaron al sector de popa a la bodega del barco, percatándose que la factoría ya estaba inundada: “No sé si fue alguna filtración o que las bombas de achique no funcionaron, pero ya había mucha agua en ese lugar”.
Posterior a eso, relató el tripulante: “Pasaron sólo minutos entre que vimos la inundación de la bodega hasta que comenzamos a abordar las balsas de salvataje, nosotros veníamos de bodega, y le dimos el aviso a los compañeros que estaban trabajando en los pasillos, después subimos a la cubierta y empezaron las maniobras de evacuación (...)se subieron a la balsa en la que íbamos nosotros, 24 compañeros incluyéndome, entre los que iban dos contramaestres y un oficial de puente, este último iba con una radio, con la que alrededor de las 3.00 horas pudimos comunicarnos con control marítimo y ahí recién supieron que naufragamos”, cuenta Ulloa.
Entre que abordan las embarcaciones de emergencia y son encontrados en medio del mar, pasaron 16 horas, las que Ulloa recuerda como momentos durísimos: “Había mal clima, soportamos olas de cuatro metros, mucho frío, y teníamos mucho miedo, no sabíamos que era de nuestros compañeros, si habían logrado escapar, fue muy duro estar ahí, sin saber si nos rescataría y algunos compañeros ya estaban sufriendo los efectos del frío” recuerda acongojado el sobreviviente.
“Se juntan demasiadas sensaciones al recordar lo ocurrido, es un buque relativamente pequeño, donde todos nos conocíamos, y ahora estamos todos muy preocupados por los desaparecidos”.
“Rabia, pena, frustración son los sentimientos que me afloran al recordar lo ocurrido, las condiciones de trabajos en el buque eran muy duras, no se detenían nunca las faenas, no importaban las condiciones, era todo muy irregular, por eso es la frustración, saber que quizás la tragedia hubiera sido menor si fueran mejores las condiciones de trabajo” agrega Ulloa.
“Todos somos una familia en el barco, y eso fue lo que nos permitió salvarnos, siempre permanecimos unidos, nos dimos mucho apoyo al interior de la balsa estábamos muy asustados, pero entre todos nos dábamos ánimo, fueron horas eternas y no tengo duda que si hubieran pasado otras cinco horas, no lo habríamos contado”, finaliza un sobrecogido sobreviviente de la tragedia.

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