Pedro Mansilla de la Paz, de 63 años, concurrió el miércoles por la noche al policlínico del Barrio 18 de Septiembre ya que presentaba molestias al respirar y que con el paso de los minutos se volvía cada vez más angustiante. Su esposa, Verónica Cárdenas, relata que no entiende la actitud que tuvieron para con su marido en el centro médico: “Llegamos al lugar en busca de ayuda, porque mi esposo estaba muy mal, y el guardia nos dijo que nadie más entraba por que ya no habían cupos; le alegué, le pedí que viera lo mal que estaba mi marido, que llamara alguien a quien pudiera reclamarle, y siempre dijo: ‘Yo sólo cumplo las instrucciones que me dan de adentro’. No sabía qué hacer, no tenía dinero para un taxi y veía como mi viejo se iba poniendo cada vez peor”, relata tristemente la mujer.
Después de este episodio ingrato en la puerta del Servicio de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) del Policlínico 18 de Septiembre la mujer cargó como pudo a su esposo, que a esas alturas ya estaba al borde del desmayo, hasta la Primera Comisaría de Punta Arenas, ubicada a unos 70 metros del consultorio. En el lugar fue atendida por los funcionarios de turno, quienes escucharon el relato de la mujer y la ayudaron a ingresar a las dependencias a Pedro Mansilla.
El sargento 1º Patricio Hernández y el cabo 2º Pablo Silva vieron el episodio que ocurría en la unidad policial y llamaron al SAMU para solicitar la presencia de una ambulancia en el lugar, sin embargo el operador de turno les señaló que no habían unidades disponibles en ese instante, ya que se encontraban en procedimientos y que era necesario esperar varios minutos para disponer de una de ellas. Ante esta situación fueron los mismos funcionarios los que procedieron a subir a una patrulla al malogrado ciudadano y a su cónyuge para trasladarlos rápidamente al hospital base de Punta Arenas.
“El compromiso que tenemos bajo este uniforme va más allá de ser o no ser carabinero, ante todo somos seres humanos, y cualquiera que hubiese visto el estado en que estaba esta persona habría realizado la misma acción”, comenta el sargento Hernández.
En medio del tránsito vehicular, con sirena y baliza funcionando, gracias a la pericia del cabo Silva pudieron llegar en pocos minutos al Hospital Clínico, durante el trayecto le solicitaban a la cabo Sidalia Rojas, de Carabineros, apostada en el nosocomio, la presencia de una camilla y oxígeno a las afueras del servicio de urgencia, ya que Mansilla se veía en peores condiciones.
Al llegar, el afectado fue puesto sobre la camilla mientras recibía la atención rápida del médico de turno, Hugo Morales, quien junto al equipo del servicio de urgencia comenzaron a realizar masaje cardíaco a Mansilla, cuya condición en ese momento era crítica.
“El doctor me dijo que si nos hubiéramos demorado más mi esposo se habría muerto, estoy muy agradecida de lo que hicieron los carabineros, ellos pudieron haber esperado que la ambulancia llegara, pero decidieron ayudarnos, y uno tiene que saber reconocer las cosas buenas, y estos señores le salvaron la vida a mi viejo”, finaliza Cárdenas.
Mansilla se encuentra estable de salud internado en la UCI coronaria del hospital, y su condición es de cuidado, ya que se le habría detectado un edema pulmonar que se vio incrementado con una patología cardíaca que arrastra hace años.