Frente al problema de obesidad infantil en la región y al alto consumo de chocolates por parte de los niños en esta celebración, se llama a reflexionar sobre lo que produce la gran ingesta de grasa e hidratos de carbono, dos de los tres elementos nutricionales más nocivos en la dieta por exceso. El chocolate es según el CAE (Código Alimentario Español), el producto obtenido de la mezcla íntima y homogénea de cantidades variables de cacao en polvo o pasta de cacao y azúcar finamente pulverizada. Contiene como mínimo un 35% de componentes del cacao. El contenido en cacao seco desengrasado no es inferior al 14%, ni el de manteca de cacao inferior al 18%. Este elevado contenido graso del chocolate junto a la presencia de azúcar, es el motivo por el cual posee un valor energético tan alto. De hecho, cien gramos de chocolate aportan unas 500 calorías, debido a su elevado contenido de grasas (35 g/100 g, aproximadamente) y de azúcares (45 g/100 g, el equivalente a 4 sobres de azúcar).
El alto consumo por parte de los niños generado por la tradición consumista de regalar huevitos y conejos, en los colegios, hogar, familias, y amigos, hace que los niños acumulen un preciado tesoro (Bolsas de huevos y conejos), aumentando su ingesta calórica, que en el caso de los niños Obesos y sedentarios será el corolario de unos cuantos kilos más de peso.
Un niño para poder quemar la ingesta calórica de solo 100 gramos de chocolate, tiene que realizar el equivalente de una actividad física en horas de:
•3 horas de caminatas a 5 Kilómetros X Hora
•Sobre 4 horas de baile
•Subir una hora de escalera
•2 Horas de aeróbicos
•1 Hora de Basquetbol Intenso
•1,5 Horas de Handbol
•2,5 Horas de Bicicletas (16 Kilómetros por Hora)
•2 Horas de futbol a mediana intensidad
Es importante no matar la tradición y la fantasía de los niños, por eso invitamos a ser responsable con la salud y transformar esta fiesta en una oportunidad para celebrar en familia generando espacios activos y recreativos dejando de lado la gula del consumo de desproporcionado de chocolates, siendo los principales responsables los padres y los adultos.