
“Recuerdo, antes que se produjera la reforma, en la década del 90, no existían eucaristía en la tarde durante la Semana Santa, todo se hacía en la mañana, incluso las campanas no se oían, hacíamos sonar un artefacto de madera que le llamábamos ‘La Matraca’ que escasamente lo escuchaba la gente que iba pasando junto a la iglesia, porque todo tenía que ser tranquilo, sereno, un encuentro espiritual con el señor”, comentó.
Respecto de las tradiciones olvidadas o dejadas en el pasado, el sacerdote rememora algunas: “Recuerdo que los santos eran cubiertos con pañuelos morados, y la cruz era tapada con uno blanco. Esto se hacía para centrar la atención en Cristo, quien se había inmolado por la humanidad. Otra de las tradiciones que ocurría en las casas cuando era niño, era que no podían jugar ni correr, ni reírse a carcajadas, era mal visto y suponía una falta de respeto al duelo que las familias vivían en estas fechas. La tradición que más a perdurado en el tiempo, pero que ha sufrido ciertas flexibilizaciones es la comida que se consume en Semana Santa, antes estaba estrictamente prohibido ingerir carne, todo tenía que ser vegetal o pescado, incluso algunas familias extendían el ayuno más allá de los viernes de cuaresma, y lo hacían durante todo el fin de semana, cosas que ahora ya no son tan rígidas, es más, hay personas que solo el viernes no la consumen, y si lo hacen el sábado y domingo”, manifiesta.
La tecnología y los medios de comunicación también han enfrentado un rol principal en la transformación que ha tenido esta festividad cristiana, “hace años, todo el fin de semana Santo, las radios sólo transmitían música sacra o programas grabados por los “pablinos”, y sí no tenían de este material, silenciaban las emisoras. No existía el internet, por lo que ahora la gente recibe el mensaje de otra manera, con mayor rapidez, y eso no significa que sea malo, es más, el mismo Papa ha señalado que las redes en línea son útiles para la evangelización, y deben ser utilizadas, sin embargo, han contribuido a que la perspectiva del sacrificio de Cristo haya ido perdiéndose con el tiempo”, dice.