Cementerio Municipal: belleza que se convirtió en paseo turístico

General
23/04/2011 a las 18:35
Con sus mausoleos y su parque, el principal camposanto de Punta Arenas es uno de los lugares más visitados y en él se puede apreciar gran parte de la historia de la ciudad. El Cementerio Municipal de Punta Arenas, es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Fundado en abril de 1894, vino a reemplazar al anterior, ubicado en lo que hoy es la Plaza José de los Santos Mardones (ex plaza Lautaro).
Poseedor de una rica historia, ya que en él descansan los restos de los pioneros y las antiguas familias que dieron origen a toda la población de Magallanes, y de un valor arquitectónico singular, los visitantes pueden apreciar en este camposanto su imponente pórtico monumental, sus largas y bien dispuestas avenidas de cipreses canadienses, la magnificencia y fastuosidad de sus mausoleos ornamentados con distintos estilos, sus sobrias y bien cuidadas sepulturas de las más diversas características, los cercados de fierro forjado, las tumbas de párvulos y los sectores habilitados para las colonias residentes, las sociedades comunitarias, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Para construirlo, en 1894 el Gobierno de Jorge Montt Álvarez cedió cuatro hectáreas de terreno al norte del poblado en la avenida Bulnes, a un kilómetros del Río La Minas. Fue trazado en base a una retícula geométrica, cuyos ejes principales son destacados por cipreses, los que son podados cuidadosamente de modo que refuercen el espacio de las calles. El pórtico monumental y los muros se construyeron en 1919, con fondos donados por la empresaria y mujer de gran fortuna Sara Braun. La obra fue construida por el ingeniero Fortunato Ciscutti y terminada en 1923. Las coronas con motivos vegetales y la cruces en la cubierta del pórtico y otros ornamentos de la fachada son obra del escultor Pascual Borich.
Las capillas que más sobresalen datan de las tres primeras décadas del siglo XX y pertenecen a las familias aristocráticas de la región. Allí descansan eternamente los restos de los Menéndez-Behety, Braun-Hamburger, Blanchard, Kusanovic, Menéndez-Montes y de Sara Braun.
La tumba más antigua es la de Margarita Vives Siol quien fue asesinada en abril de 1894. Asimismo en el cementerio se sabe que están enterrados tres veteranos de la Guerra del Pacífico: Mateo Villagrán, Tiburcio Pérez y Correa Sánchez.
Sección inglesa
Otro de los rasgos cosmopolitas de este cementerio es la denominada “Sección Inglesa”, en ella en realidad se encuentran sepultados individuos de variadas nacionalidades: alemanes, franceses, noruegos y chilenos, entre otras. Destacando 143 hombres de la dotación de la H.M.S. Doterel, hundida el 26 abril de 1881, de la cual sobrevivieron sólo 12 personas.
El 17 de enero de 1881, salió de Sheerness (condado de Kent, Inglaterra) destinada a la Armada Británica del Pacífico, la corbeta de guerra HMS Doterel, 1.320 toneladas, que había sido construida el año anterior. Constaba de seis cañones y una tripulación de 155 personas. Apenas una hora después de fondear en la rada de Punta Arenas, a las 10h de la mañana del 26 de abril de 1881, hubo una explosión accidental en la santabárbara de proa. La cubierta superior fue destruida, así como también parte de los dos costados del casco. En pocos minutos, la corbeta se hundió, muriendo 143 tripulantes en la catástrofe: sólo 12 sobrevivieron, entre ellas, el capitán.
Este camposanto recibió durante la temporada 2009-2010 más de 21 mil visitas, siendo en palabras de su encargado turístico, Eduardo Unnasch, algo anormal, ya que durante la temporada estival este año se llegó a las 12 mil. “Este año no se controló a los caminantes, ya que en su gran mayoría fueron chilenos provenientes de otras regiones del país. Asimismo, se espera la llegada de unos 600 a 700 personas de la tercera edad gracias al programa Iberojet del Servicio Nacional de Turismo, destinado a la tercera edad. El trayecto turístico por el cementerio de Punta Arenas dura aproximadamente 45 minutos, siendo una de las tumbas más visitadas la del “indio desconocido”, manifestó.
El indio desconocido
En torno a este personaje existen dos historias: la primera de ellas es que en 1935 se trasladaron a la isla Diego de Almagro el polaco M. Kraviet y el chileno David Leal, instalando un campamento provisorio para la explotación del mármol.
El 6 de mayo fueron atacados por los aborígenes, cayendo abatido Leal con un tiro en la cabeza. Kraviet, después de repeler el ataque dejando malherido a uno de los indígenas huyó al bosque. Cuando volvieron los compañeros desde Punta Arenas encontraron a Leal muerto, sumergido a pocos metros de la costa, atado de pies y cabeza a un trozo de mármol, al indio sentado vestido con el jockey y las ropas del polaco.
De este último no se supo nada más. Recién varios días después se practicó la autopsia. Como se desconocía el nombre del indígena en esa ocasión se le bautizó como Pedro Zambras, siendo depositados los restos de ambos en el mismo ataúd. Alrededor de 1950 comenzaron a aparecer las primeras velas encendidas.
En 1968 se podía apreciar un gran número de placas pidiendo favores. Los dineros fueron recogidos por Magdalena Vrsalovic, quien se los entregaba a la Cruz Roja. Así nació la idea de hacer una tumba monumental. El escultor Edmundo Casanova se encargó de hacer el molde abstracto y discutible de la raza alacalufe que fue fundido en bronce por el artesano Erwin Nerachaer en la fundición Milward. La inauguración oficial del monumento en la parte central del cementerio se realizó el 19 de diciembre de 1969.
En 1983 la alcaldía decidió su traslado debido a que el sitio estaba cerca de los árboles, generando pequeños incendios con las velas azotadas por el viento. Por este motivo volvió a su lugar original el Cuartel Nº11 norte. El asunto es que Pedro Zambras y David Leal nunca se imaginaron que sus huesos, terminarían de “Tumba en Tumba”.
La segunda señala que el legendario Pascualini, se dirigía a la isla Diego de Almagro, habitada por un chileno Juan Leal y un polaco apodado “El Flamenco” (Kraviet), para cuidar la propiedad de una sociedad de capitales extranjeros destinada a explotar la materia prima, el mármol. Al desembarcar un disparo rompió el silencio, “El Flamenco” salió detrás de las rocas y les contó que habían sido atacados por los indios alacalufes, que habían matado a Leal, pero que había logrado repeler el ataque matando a uno de los aborígenes, el que se encontraba en un sector cercano entre las rocas. Pascualini sospechó algo raro y se lo hizo saber a los extranjeros diciéndoles “creo que hay gato encerrado”. Por tal motivo exploraron los alrededores y encontraron el cuerpo de Leal amarrado a una piedra para que no saliera a flote. Cuando informaron el hallazgo al resto de los tripulantes se produjo un barullo y el Flamenco fue reducido y golpeado hasta que contó la verdad, diciendo que hasta el campamento había llegado un indio pidiendo algo de comer, quien regresaba de una fructífera temporada de caza, transportando cientos de cueros de nutria.
Conversando con Leal, calcularon que podían ganar mucho dinero al comercializarlos, por esta razón le dieron aguardiente hasta dejarlo ebrio, golpeándolo y lo mataron. “El Flamenco” calculó que sin Leal sus ganancias se duplicaban, por lo que lo mató con un tiro en la cabeza mientras dormía.
Mitos y leyendas
- Se dice que al fallecer Sara Braun en el año 1955 su cuerpo fue embalsamado, que cada 1 de noviembre es sacado del féretro, para ser maquillado y peinado. También se afirma que cuando hizo la donación para la construcción del pórtico del cementerio, colocó como condición que la puerta central se cerrara definitivamente una vez que sus restos ingresaran.
- Un estudiante universitario conoció a una joven en una fiesta, con la que bailó toda la noche. Se enamoraron y él se ofreció para acompañarla a su casa, ella le pidió que la dejara cerca del cementerio. Nunca más la volvió a ver, hasta que un tiempo después al visitar el camposanto, se dio cuenta que era un espíritu, porque en una sepultura reconoció una prenda que le había reglado”.
Diez famosos
Hermann Eberhard ganadero y colonizador de Última Esperanza.
José Grimaldi Accotto, poeta, hijo de inmigrantes italianos, nacido en 1911.
Ramón Rada Senosiain, contador, nacido en Mendoza. Se destacó por su obra filantrópica en Punta Arenas, conocida como Cavirata.
Juan Bernabé, sacerdote salesiano conocido como el “Cura constructor”.
Juan Bautista Contardi Gatelli, periodista, ilustre propulsor del progreso magallánico. Murió el 11 de octubre de 1944.
Waldo Seguel López, primer juez letrado de Magallanes, nacido en 1864 y muerto el 15 de junio de 1913.
Victorio Cuccuini, fundador de la Cruz Roja Chilena, la primera creada en el país. Murió el 30 de junio de 1906, de un ataque cardíaco mientras guiaba una ambulancia hacia el hospital.
Lautaro Navarro Avaria, médico de la ciudad desde 1886, con vastos conocimientos profesionales y culturales. Es autor del censo general del territorio, murió el 23 de diciembre de 1911.
Cecil Rasmussen Bishop, alcalde e intendente. Regidor por varios períodos. Fundador de la 7ma Compañía de Bomberos. Falleció el 9 de abril de 1972.
Héctor Alfonso Cárcamo Díaz (“Cocho Cárcamo”). Concejal desde 1992 hasta su muerte. De dilatada y fecunda labor como hombre público de la ciudad y la región. Se le recuerda como periodista, locutor radial, animador, impulsor y divulgador del folklore, del arte la cultura y el deporte. Murió el 28 de diciembre de 1992.
Aniceto Ovando Giner, profesor de estado en castellano, que ejerció en el Liceo de Niñas por más de 20 años, inspector general del Liceo Técnico y del Liceo Luis Alberto Barrera y subdirector del Liceo Industrial. Dirigente de diversas ramas deportivas, regidor de la comuna y escritor. Falleció el 26 de febrero de 1997

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