
Bomberos de la Séptima Compañía y Carabineros concurrieron al lugar para auxiliar a las 32 familias residentes, que obtuvieron su departamento a través de un subsidio del Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu).
A raíz de la emergencia, se cortó el gas en los departamentos 405 y 105.
“Anoche hubo emanaciones de gas. Hay un ducto que va desde el primer al cuarto piso. Llegaron bomberos y tomaron las muestras para ver si había monóxido y sí había. Llamaron, entonces, a Gasco. La empresa vino, también vinieron los Carabineros. Gasco dijo que era producto de una mala instalación dentro de la casa. Pero es imposible que haya monóxido en los ductos, siendo que lo encontraron en el cuarto piso y el monóxido llegaba hasta el primer piso. Revisaron los medidores afuera y descubrieron que había fuga de gas en las cañerías, debajo del suelo”, contó Lidia López, una de las residentes de dicho block de departamento.
“Ellos se hacen responsables de las pérdidas del medidor para afuera, no de las pérdidas desde el medidor hacia adentro. Entonces, se lavan las manos diciendo que no es un problema de ellos. Pero resulta que los vecinos no se van a poner a perforar el piso para ver dónde está la fuga de gas, porque las cañerías pasan por debajo del suelo. Los bomberos nos dijeron ayer (el miércoles en la noche) que estamos en una bomba de tiempo”, agregó.
Según Marcela Coñoecar, presidenta de dicho bloque de departamentos, hace dos años que sufren este tipo de problemas. Según dijo, hasta ahora no han logrado una solución.
“Primero presentamos en forma individual un reclamo al Serviu. El año pasado lo hicimos como agrupación. Se tomó conocimiento del reclamo, nos respondieron que fue por el drenaje y aprovecharon de revisar las cañerías, que se están perforando por el agua (lluvia). Acá estamos en una bomba de tiempo, porque están todas las cañerías bajo tierra. El tema del drenaje lo volvieron a hacer, pero no ha quedado bien”, contó la dirigenta.
Asimismo, ambas vecinas criticaron la calidad del material de las cañerías de gas, que en sólo cinco años han presentado un importante deterioro a raíz de la acción del agua. Además, afirmaron que desde que llegaron a vivir a Santa Juana, han debido soportar las constantes inundaciones por la lluvia, lo que estaría provocando el hundimiento del terreno sobre el cual viven. “De hecho, el edificio se está ladeando hacia el lado derecho. Se está yendo para un lado, producto de la humedad que está siempre, sea verano o invierno”, aseguró López.
Finalmente, Coñoecar afirmó que de no obtener una respuesta favorable para solucionar este problema, no descarta recurrir a parlamentarios para lograrlo. “Creen que porque pagamos 180 mil pesos por estos departamentos, tenemos que seguir viviendo así, de la manera en que lo estamos haciendo”, afirmó.