
Desde hace varios años se utiliza la turba como sustrato principal de plantas de maceta, como también componente importante para mejorar suelos en algunos cultivos, como por ejemplo el arándano, o para recuperar suelos contaminados, entre otros fines. Es por ello que se pretende buscar un espacio de cooperación entre el gobierno regional y la empresa privada para desarrollar algunos proyectos que sean de alto valor agregado para la región, ya que en Magallanes el 17% del territorio continental está cubierto de turbales.
En Magallanes se reconocen cuatro zonas fisiográficoorográficas, las cuales se encuentran bien representadas en Patagonia austral y Tierra del Fuego. Aunque son fácilmente identificables, en varios casos se encuentran áreas transicionales con características compartidas entre las colindantes. Los turbales de Sphagnum magellanicum se ubican en la denominada Región subandina oriental y son los que actualmente están siendo explotados para su cultivo y exportación.
Este proyecto tiene dos ejes: “uno es mejorar y aumentar la producción de turba a exportar como materia prima, y la otra es agregarle valor con el objeto de exportar un producto más elaborado”, señaló Gonzalo Galdames, Gerente General de Sone Group.
Para el Seremi de Agricultura “este recurso existe en abundancia en nuestra región, estando más del 80% ubicado dentro del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas, lo que asegura su conservación. Por lo tanto, en la superficie restante, no debiera haber inconvenientes para continuar desarrollando este emprendimiento, con una proyección de crecimiento desde el punto de vista empresarial, mientras se cumpla con todas las normativas y regulaciones de tipo ambiental, que afectan a esta actividad”.
Es importante señalar que en la región paralelamente se está desarrollando un programa denominado “bases ambientales, jurídicas y comerciales para el desarrollo sustentable de las turberas en Magallanes”, que coincidentemente con lo que plantean estos empresarios, se desarrolla en el ámbito productivo, buscando generar productos con alto valor agregado. Además, considera un intenso trabajo en el ámbito legal para normar la actividad extractiva, otorgando las condiciones necesarias para que el sector empresarial pueda ejecutar inversiones resguardando el medio ambiente, ya que las turberas constituyen ecosistemas valiosos. Es por ello que autoridades y empresarios se comprometieron a seguir trabajando en conjunto en pro del cuidado, el desarrollo y la explotación de éste recurso.