
El punto negro de esto, es que estos autos no tienen categoría en el Gran Premio de la Hermandad, lo que dejará a Gómez sin opción de poder competir y sólo ser un espectador de la tradicional prueba fueguina.
Esperamos que para el próximo año este problema técnico se pueda subsanar, ya que por lo menos sabemos de tres pilotos que no serán de la partida del Gran Premio por no tener categoría.
De esta forma no se cultiva el automovilismo sino sólo resta a gente que realmente tiente interés de competir.
Un auto confiable
Nadie le cree a Claudio Gómez, cuando cuenta que toda la temporada lo hizo con el mismo motor, motivo por el cual el auto terminó un poco desinflado la fecha de Punta Arenas.
Gómez, afirma que es un auto muy confiable y que es muy fácil de llevar arriba de los caminos. Recuerda con gran cariño el Rally de Semana Santa realizado en Porvenir este año ya que lo consolidó en la categoría ganándola las dos fechas y eso le permitió sacarle una buena ventaja en puntos a su más cercano perseguidor, Karim Jacob.
Para su navegante, Rodolfo Oyarzo, sólo tiene palabras de elogio y buena onda, ya que nos reconoce que Rodolfo subió de un auto de calle a uno de rally, sin mayor experiencia y toda esta aventura comenzó en el Rally de Torres del Payne.
Con el tiempo se han ido complementando como binomio y hoy son capaces de lograr una hoja fina con el objetivo de sacarle el mayor rendimiento a su máquina.
Claudio Gómez es un piloto que tiene mucha proyección y deja bien puesto el nombre de todos los tuercas natalinos. En cada curva es comentario obligado de todo el público presente por lo vehemente en su andar. Sólo quedará en deuda para poder verlo en una participación en el Gran Premio de la Hermandad, en Tierra del Fuego.