Para confiar el cuidado y la educación inicial de los niños y niñas a un jardín infantil, lo primero que deben revisar los cuidadores es que el establecimiento esté empadronado. Por ello, la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, a través de una visita a un establecimiento particular promovió su propio rol fiscalizador y el que debe asumir también la familia del menor.
Al respecto, la directora regional de la JUNJI, Paula Vidal Muñoz, explica: “La JUNJI y el Gobierno buscan fortalecer nuestro rol fiscalizador como institución. Y para ello, a contar de este año se creó a nivel nacional, especialmente, la Unidad de Fiscalización. Tenemos una educadora de párvulos que es Olga Gallardo a cargo de la Unidad y cuya principal misión es revisar los jardines particulares de la región, aplicando una pauta estandarizada, velando por el cumplimiento de una serie de requerimientos técnicos, especialmente el tema pedagógico, el equipamiento, la infraestructura y todos los certificados que entrega el Servicio de Salud”.
Si bien antes el papel fiscalizador de la JUNJI se cumplía a través de la entonces Subdirección Técnica, Paula Vidal declara que hoy éste se asume de manera exclusiva a través de la nueva Unidad de Fiscalización.
“También, exigimos temas transversales como el buen trato. Que sea de calidad, que entre el personal haya un buen clima laboral. Así, el servicio que estamos entregando será también de mejor calidad. Por ello, además, se debe velar por el respeto de los derechos de los trabajadores”. Manifiesta la directora regional de la JUNJI.
“Es importante trabajar con la lactancia materna. Como región somos la que tenemos el menor índice a nivel nacional sobre este tema. El Servicio de Salud y el Gobierno han puesto todo en marcha para que nosotros como JUNJI avancemos en dicha materia y los jardines particulares también son foco de esto, porque la norma exige que en todo jardín infantil debe haber una sala de amamantamiento, como la que tiene este establecimiento, y que deben ser utilizadas”. Añadió.
La familia, el primer fiscalizador
Antes de inscribir al párvulo, la familia debe ser el primer fiscalizador: observar la infraestructura que sea segura, el equipamiento, el material didáctico, que el personal sea idóneo, el proyecto educativo y, necesariamente en el caso de los establecimientos particulares, que estén empadronados.
En la región, la JUNJI cuenta con once jardines infantiles clásicos, uno étnico, el Programa Comunicacional Rural Urbano, siete establecimientos de transferencia de fondos y uno comunitario. Hay 28 jardines infantiles particulares empadronados y ocho sin empadronamiento, lo que significa que estos últimos se convierten en guarderías.
La Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) promueve las buenas prácticas que deben ejercer las familias para elegir un jardín infantil para sus niños y niñas, y las medidas permanentes de revisión que deben efectuar, una vez que ya ingresaron al establecimiento. Es importante poner atención en la iluminación, los servicios de higiene, la calefacción del recinto, el sistema de ventilación, los patios y las condiciones de seguridad para los párvulos.
Las aulas y espacios educativos deben ser acogedores y que se encuentren a la altura de los párvulos. Además, debe existir material didáctico seguro y suficiente que estimule todas las áreas de desarrollo y crecimiento de los niños.
El jardín debe contar con una directora, educadoras, técnicos de aula, manipuladora de alimentos y auxiliar de servicios menores. Los padres pueden y deben solicitar al establecimiento los documentos que certifiquen los títulos y estudios correspondientes del personal.
El proyecto educativo
Éste debe contemplar la misión del establecimiento, sus objetivos y metas, sus normas y organización, un sistema de evaluación de aprendizaje de los párvulos y la participación de la familia, la cual es fundamental en el proceso de crecimiento del niño y la niña.
Empadronamiento
En caso de que el jardín infantil o la sala cuna sean privados, los padres deberán solicitar el empadronamiento del establecimiento, a fin de garantizar la calidad del servicio que recibirán los párvulos.