
El fiscal Eugenio Campos actúa con la convicción de que Mancilla fue la persona que asesinó a la extranjera, en la casa que arrendaba en el Barrio 18 de Septiembre. Durante meses reunió pruebas y la investigación la dejó en manos de la SIP de Carabineros. La policía recorrió una y otra vez el sitio del crimen, buscando evidencias, y le preparó un contundente informe que será expuesto en las próximas horas por el jefe de la SIP, cuando sea citado a declarar.
Homicidio
Lo concreto es que el 15 de octubre mataron a Sonia Rodríguez. ¿Quién fue? La pregunta tendrá respuesta recién esta semana, cuando concluya el juicio oral y los magistrados (Jovita Soto, Pablo Miño y Gonzalo Rojas) dictaminen si Mancilla es inocente o culpable.
La responsabilidad de probar la autoría de esta persona la tiene el fiscal Campos, porque el abogado defensor, José Miguel Navarrete, tiene una postura completamente opuesta y espera conseguir la absolución de su cliente.
Por estrategia de la defensa, Domingo Mancilla no declaró ayer al inicio del juicio. Guardó silencio y evitó así exponerse al interrogatorio del fiscal. Campos citó a Carlos Tejeda, funcionario de la Central de Comunicaciones, que al mediodía del 15 de octubre recibió la llamada de auxilio de la mujer, señalando que la habían acuchillado. También se incorporó el audio de ese contacto donde la víctima, hablando apenas, alcanza a denunciar la agresión y en un segundo contacto, casi inaudible, entrega la dirección donde vivía, Gaspar Marín Nº 0249.
La patrulla que andaba más cerca concurrió a la emergencia. Los ocupantes, los carabineros, detallaron ayer su participación, dando cuenta que se encontraron con una mujer desfalleciente y abundante cantidad de sangre en el suelo. El autor de las puñaladas no estaba y la dominicana no alcanzó a entregar mayores detalles de su agresor, porque las múltiples heridas le provocaron una anemia aguda y murió.
Detenido
Recién 18 días después, cuando la mujer era velada en la capilla Santo Cura de Ars, previo a la repatriación de los restos a República Dominicana, fue detenido Domingo Mancilla. Las mujeres encontraron sospechosa su permanencia en el recinto y se comunicaron con la SIP. A la salida fue detenido y en la primera declaración confesó que asistió al velorio porque, según le dijo a su madre, quería ver cómo había quedado la mujer asesinada.
En una primera declaración, Mancilla, trabajador de la empresa Áreas Verdes, confesó a la policía que mató a la mujer porque no tuvo dinero para cancelar el servicio sexual que concretó a través de una llamada telefónica, que está registrada, realizada desde el consultorio 18 de septiembre al celular de la víctima. La prueba será incorporada al juicio.
Al ver la mujer que no le pagarían discutió con Mancilla y tomó un cuchillo pero el hombre se lo quitó y la apuñaló.
La médico legista, María Bravo, señaló ayer que la ciudadana extranjera tenía en su cuerpo 91 lesiones, todas por arma blanca, y que falleció por una anemia aguda.
“Cayó al suelo y le pasé el cuchillo por la espalda, la cara y le pegué por todos lados hasta que quedó tirada en el suelo y no gritaba”, dijo Mancilla en su primera declaración, añadiendo que como le saltó sangre fue al baño de la casa de la víctima y se lavó”. Lo mismo hizo con el cuchillo que pasó por cloro y guardó en el cinturón. “Miré para todos lados y como había poca gente salí corriendo hasta Martínez de Aldunate y luego me fui a la casa”, declaró en ese momento a los efectivos de la SIP de carabineros.
Capataz
Entre las 11 personas que ayer declararon en el primer día del juicio oral, el fiscal citó al capataz de Mancilla, Carlos Coliboro. Esta persona confirmó que el 15 de octubre el acusado trabajó, porque él mismo lo fue a dejar a Martínez de Aldunate, a la altura de Placa Centro, donde junto a otras personas limpiaría las zarpas. Un lugar relativamente cercano a donde ocurrió el crimen. Esa mañana Mancilla trabajó libremente en el sector y Coliboro dijo que después no supo más de su trabajador, porque él se retiró a las 13 horas y Mancilla a las 15 horas. Al día siguiente el acusado se presentó a trabajar, pero dio cuenta que desde su casillero había desaparecido la ropa de trabajo que usó la jornada anterior, la que nunca más apareció.
Esto es parte de lo que el fiscal debe dilucidar para dejar en claro quién mató a la dominicana. Por eso hoy se escucharán nuevos testimonios y resultados de importantes peritajes.