
Un número importante de magallánicos, en algún instante de su vida, ha coleccionado algo, ha iniciado la búsqueda de objetos de una misma línea o con características similares. Antaño las niñas coleccionaban esquelas, los niños canicas o bolitas, los tazos tuvieron su auge y hoy son los gogos los que roban las miradas de los más pequeños.