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Por lo general se llevan cubiertas para recambio, aceite de motor, bencina, suspensión, entre otros elementos, pero es una tarea titánica y el nerviosismo corre por el cuerpo esperando que tu piloto pase por el punto acordado.
Por lo general, el trabajo de los auxilios se concentra, en los sectores de Onaisin – Las Flores, puntos clave para hacer todo las reparaciones necesarias que salen de improviso en cada una de las máquinas.
Pero el trabajo más duro se encuentra en Arcillosa y L os Flamencos, donde por lo barroso del terreno complica a los auxilios a desempeñar una buena labor. Aquí hay que destacar el buen trabajo y la ayuda que entregar los cuatriciclos que muchas veces devuelven el alma a algún binomio al sacarlo de algún pantano o donde prácticamente la carrera estaba perdida.
Desde esta tribuna queremos entregar un sentido homenaje a cada uno de los auxilios y de los grupos familiares que giran en torno al Gran Premio de la Hermandad en la Isla de Tierra del Fuego y que siempre tienen la ilusión y esperanza que su representado sea el ganador de una justa batalla.
La historia no sólo la escriben los binomios ganadores, sino detrás de ellos existe un completo equipo humano que estarán fieles a su radio y a la largada que será este 20 de agosto desde el autódromo de Río Grande.