
Y es que en el transcurso de la semana recién pasada el edil confirmó que aplicaría las sanciones administrativas tras el informe emitido por la Dirección de Administración y Finanzas, el cual señala que no es pertinente restituirles el sueldo descontado de junio producto del paro de actividades que llevaron a efecto.
Con esto, la teoría de ambos dirigentes de la Asociación de Funcionarios Municipales de Punta Arenas (Asemuchpa), se configura en torno a la presunta iniciativa del alcalde de querer deshacer el movimiento de los funcionarios asociados que se encuentran apoyando la huelga y, a su juicio, “apagar el fuego con bencina”.
“El alcalde lo único que quiere es que los funcionarios se asusten y así dividir el gremio”, dijo enfático Urzúa, refiriéndose a las constantes “amenazas” de Mimica.
Por lo pronto, anunciaron que seguirán esperando que se pueda concertar la reunión con el Ejecutivo de forma de que por esa vía se llegue a una resolución del conflicto, y paralelamente también las gestiones que se encuentra llevando a cabo la CUT regional, que a través de su presidente local, Dalivor Eterovic, repudió la acción del alcalde apelando al fuero sindical que poseen como dirigentes de la Asemuchpa.
“Huelga seca”
Una situación compleja de salud podrían comenzar a enfrentar Urzúa y González al adoptar esta medida extrema, que ya han atravesado en oportunidades anteriores comuneros mapuches de la región de la Araucanía en huelga de hambre. Al respecto, es el mismo Colegio Médico de Chile el que advierte de los riesgos que se corren al iniciar una “huelga seca”, es decir, sin el consumo de líquido alguno.
De acuerdo con el organismo, esta medida acorta los plazos porque una persona no puede estar sin hidratarse durante días, sobre todo, después de estar en una extensa huelga de hambre (casi un mes), ya que después de 24 ó 48 horas la situación empieza a complicarse.
De hecho, los mismos huelguistas se han sentido más afectados en los últimos días, período en el que se han mantenido prácticamente acostados.