
La actividad concitó gran interés de los diversos actores locales y la comunidad en general que repletaron el recinto para escuchar la eventual solución a la problemática que hizo movilizar, en enero pasado, a toda una región para evitar un alza abrupta de
16,8% en el valor de la tarifa, o bien, una respuesta que podría haber no resultado satisfactoria para la lucha que se encausó.
Afortunadamente ello no fue así ,y aunque resta afinar los alcances finales de la iniciativa, el anteproyecto fue valorado por la mayoría de los presentes al establecer una tarificación sobre el valor y transporte del gas cada cinco años con una variación probable, al expirar cada plazo, sujeta al efecto inflacionario del IPC de cada año.
Esto, gracias al subsidio de aproximadamente US$ 15 millones que entregará el Estado y ya no la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), para mantener el precio preferencial destinado únicamente al consumo poblacional hasta los 25 mil metros cúbicos al mes; período tarifario en el que no cambiarán las condiciones de precio ni de volumen.
Algo similar ocurrirá con el Gas Natural Comprimido (GNC), combustible que utiliza en su mayoría el Transporte Público menor para el funcionamiento de los colectivos. Así, el proyecto reconoce que el GNC es para consumos menores de 25 mil metros cúbicos mensuales, porque tiene las mismas condiciones de precio asociados a los menores volúmenes.
También se pretende regular los cobros y procesos asociados a los medidores, como generar mecanismos adecuados de fiscalización al servicio otorgado para evitar abusos.
Y por último, regular el Valor Agregado de Distribución (VAD), con un procedimiento similar al utilizado para regular el resto de estos servicios en el país.
“Con este trabajo, se está estableciendo, por primera vez, por ley, la prioridad para el abastecimiento residencial del gas natural”, dijo Golborne, añadiendo que no se dejará fuera del carácter preferencial, a servicios públicos como la generación eléctrica.