
Dicho reporte, agrega que los pilotos no habían recibido entrenamiento a gran altitud y ejecutaron una maniobra incorrecta, levantando la parte delantera del avión en lugar de hacerla descender.
En esta maniobra se produjo un error de comunicación, ya que el copiloto, mientras insistía en aplicar la maniobra, intentó alertar al comandante, quien llegó a los mandos cerca de minuto y medio después de que se desconectara el piloto automático.
“Ninguno de los pilotos hizo referencia a la alerta de caída. Ninguno de ellos identificó formalmente la situación de caída”, según detalla el reporte final de la BEA, donde se asegura que la alarma de accidente se activó 54 segundos antes.
Por su parte, Air France, indicó en un comunicado que “nada permite hasta ahora cuestionar las competencias técnicas de la tripulación. Queda establecido que la combinación de múltiples elementos improbables condujo a la catástrofe en menos de cuatro minutos”, dijo la compañía.
Los investigadores habían señalado como causa probable del siniestro una avería en las sondas de medición de la velocidad, las que se habrían dañado a causa del hielo y que enviaron informaciones contradictorias a la cabina de pilotaje.