
El fiscal Eugenio Campos presentó acusación en contra de Juan Carlos Álvarez Ortiz, Pablo Patricio Mihovilovic Benítez e Iván Patricio Vargas Vargas, sindicándolos como autores del asalto en la madrugada del 11 de septiembre de 2010. Estas personas abordaron un Nissan Terrano y se dirigieron a las inmediaciones del Motel Eros. Estando al interior bajaron del vehículo Álvarez y Mihovilovic, los cuales taparon sus rostros con gorros tipo pasamontañas. Además, ambos portaban cuchillos y se dirigieron a una de las dependencias del motel, donde intimidaron a dos trabajadoras, exigiéndoles la entrega de dinero correspondiente a la recaudación.
Luego procedieron a obligar a las afectadas a no moverse y fueron tapadas con ropa, entre otros, para facilitar su huida. De ahí se retiraron los imputados del motel en el jeep que era conducido por Iván Patricio Vargas Vargas, “el cual con su actuar facilitó la huida”. Para este último la fiscalía solicitó una condena, como cómplice de dicho delito, de tres años y un día de presidio.
En la audiencia de preparación de juicio oral, el imputado Vargas Vargas, asistido por el abogado de la Defensoría Penal Guillermo Ibacache Carrasco, aceptó el procedimiento abreviado y con ello los hechos de la acusación que presentó el fiscal Campos Lucero.
Versión de Vargas
En la declaración que Iván Vargas Vargas prestó a la policía, admitió una amistad de años con Juan Carlos Álvarez. Y que ese 11 de septiembre salió con él y Patricio Mihovilovic, luego de haber estado bebiendo en la casa del primero. Vargas les propuso ir al pub “Kaos”, pero ellos no tenían dinero, hasta que le dijeron que sí y que conseguirían dinero asaltando un motel. Vargas creyó que se trataba de una broma, pero después advirtió que no lo era y le preguntaron si quería participar, respondiendo él que no. Fue entonces que le dijeron que al menos debía cooperarles manejando la camioneta y dejándolos adentro del motel, esperándolos afuera a la vuelta. Añadió que en el trayecto siguió creyendo que se trataba de una broma. Al final se manifestó arrepentido, porque se considera una persona de trabajo que se vio envuelto en esta situación.
El juez Juan Olivares Urzúa le concedió a Iván Vargas el beneficio de cumplir los tres años de presidio mediante la modalidad de la libertad vigilada.