
Ayer la jefa de asesores de la Presidencia, María Luisa Brahm, sostuvo una reunión para ultimar los detalles del proyecto que debería ingresar al Congreso a más tardar la primera quincena de agosto. Junto con el vocero Andrés Chadwick —quien con Andrés Allamand impulsó el proyecto llamado “Acuerdo de Vida en Común” durante la campaña presidencial—, Brahm ya se había reunido el viernes pasado con los cuatro dirigentes para tratar el tema.
El borrador incluye un reconocimiento civil a las uniones de hecho de dos tipos: notarial y ante el Registro Civil, y según quienes conocen el proyecto, en las conversaciones posteriores a la primera exposición que el Gobierno hizo a los partidos de la Alianza a mediados de julio, se habrían allanado a eliminar la exigencia de un año de convivencia para poder acceder al reconocimiento y sus beneficios asociados en materia de herencia, salud, etc. En ese primer boceto del proyecto, se planteaba que las uniones podían inscribirse una vez cumplidos ciertos requisitos ante el Registro Civil, mediante la presentación de una escritura pública firmada ante notaría no más de 15 días antes. Precisamente ese fue uno de los puntos que en su momento refutaron los organismos pro derechos homosexuales, junto con el nombre “Acuerdo de Convivencia No Matrimonial”, que también fue modificado.
El titular del Movilh, Rolando Jiménez, valoró “la decisión política del Gobierno de concurrir a esta discusión, cumpliendo de esta manera la palabra empeñada en la campaña, sobre una ley de uniones civiles que reconozca a las parejas heterosexuales y homosexuales”. También afirmó que en las materias previsionales, cargas de salud y herencia “lo que viene es contundente respecto de lo que hemos planteado” y solicitaron que el trámite de inscripción de las parejas, se realice directamente ante el Registro Civil, sin pasar por un notario.