El Primer Ministro británico dijo que acudirá a cualquier medida para evitar que vuelvan las agresiones a las calles, de ahí que haya puesto sus ojos en Estados Unidos y su sistema anti pandilla, que ha dado buenos resultados en Boston y Nueva York. El Primer Ministro británico, David Cameron, no descartó ayer la intervención del Ejército si se repiten los hechos de violencia en las ciudades donde se han registrado disturbios en los últimos días, lo que llevó a aumentar el número de policías en las calles de 16 mil a 32 mil. “Haremos todo lo necesario” para restaurar el orden y los tribunales seguirán abiertos para procesar a los culpables de los disturbios, dijo, al tiempo que señaló que la cifra de detenidos desde el comienzo de los disturbios, el pasado sábado, llega a 1.200 personas.
En una sesión extraordinaria del Parlamento, Cameron reconoció que en los primeros días de las revueltas había pocos efectivos policiales y que su táctica para afrontar la situación no funcionó. Asimismo, dijo que acudirá a cualquier medida para evitar que vuelva la violencia callejera a Inglaterra.
De ahí que Cameron tenga puesto sus ojos en Estados Unidos y su sistema anti pandillas, que ha dado buenos resultados en Nueva York y Boston, entre otros lugares. De hecho, especificó que acudirá precisamente a ciudades como Boston en busca de consejo, y mencionó al ex jefe de policía de Los Angeles y Nueva York, Bill Bratton, como alguien que podría ser de ayuda.
Bratton tomó notoriedad en su minuto en EE.UU, ya que bajo su mando, el departamento de policía de Nueva York dejó atrás la imagen de corrupción que había sido su estigma durante décadas y cumplió al pie de la letra la labor de su jefe, el recordado alcalde republicano Rudolph Giuliani. Su consigna era “limpiar la Gran Manzana de gusanos”.
El mes pasado, ese ex comisario fue uno de los candidatos propuestos para sustituir al jefe de la policía de Londres, que dimitió por el escándalo de las escuchas del desaparecido tabloide News of the World. Finalmente se descartó la idea, ya que la ley británica no permite a ciudadanos extranjeros acceder a ese cargo, aunque Cameron ha pedido que se reforme esa norma.
ESCOCIA
El Primer Ministro también tiene la idea de imitar un programa antidelictivo de Escocia. En 2005, un informe de la Organización Mundial de la Salud reveló que dicha región autónoma de Reino Unido tenía la tasa de delitos violentos más alta de Europa y que las muertes por arma blanca eran tres veces superiores a las de otras zonas del país.
La situación era especialmente grave en Glasgow, la mayor de las regiones, donde se registraron 170 bandas callejeras, más que las contabilizadas en Londres, una ciudad diez veces mayor.
Las autoridades se dieron cuenta de que los métodos tradicionales no estaban funcionando y que era necesario un nuevo acercamiento a este tipo de delincuencia. Entonces se puso en marcha la Unidad escocesa para la reducción de la violencia (VUR en sus siglas en inglés) a cargo de la policía de Strathclyde.
El proyecto, en su tercera fase, tiene dos objetivos: reducir policialmente la violencia y cambiar a largo plazo la actitud de los más jóvenes hacia bandas, alejándolos de la marginalidad y ofreciéndoles oportunidades. Algunas de sus campañas han consistido en desmontar el “glamour” asociado a las bandas y pedir ayuda a los adolescentes para hacer frente a las vinculadas con el narcotráfico.