La combinación de este mineral con el agua de deshielo afecta desde distintos puntos a la pavimentación de la ciudad, facilitando el surgimiento de baches. Con la llegada de la nieve y las bajas temperaturas, no sólo desfilan por las calles parkas y gorros de todos colores, sino que la rutina de las personas cambia para enfrentar todos los retos que presenta el invierno.
Uno de los principales contrincantes de la comunidad magallánica durante esta estación es la escarcha, que dificulta principalmente el traslado de las personas sin importar si se desplazan caminando o cualquier otro medio de transporte.
El más común y efectivo remedio para esta acumulación de agua congelada es verter sal sobre las veredas y calzadas, ya que este mineral derrite la acumulación de hielo y al mezclarse con el agua reduce el punto de congelación del vital líquido evitando que este se congele nuevamente.
Esta solución temporal tiene como contraparte el severo daño que causa a las estructuras metálicas de los automóviles y el asfalto.
La sal, es uno de los agentes corrosivos naturales más agresivos que existen, acelerando el proceso de oxidación en los metales, por lo que los autos se ven afectados severamente por la continua exposición a este elemento diluido en la nieve y escarcha del invierno.
En el caso del hormigón, este mineral tiene un efecto corrosivo en las partículas metálicas que contienen algunos de sus componentes, además de actuar como una “lija”, que va desgastando la superficie de la calzada con el paso de los automóviles.
Además, bajo condiciones extremas, los ciclos de congelamiento y deshielo del hormigón, crean pequeñas fisuras en su estructura que permiten la filtración del agua con sal que corre sobre las calles, aumentando así el desgaste de la plancha de concreto.
Con estas filtraciones, el cloruro de sodio oxida la malla metálica que fija el concreto a la tierra, facilitando que este se fracture, lo que generalmente termina en un gran bache.
Otros factores
La materiales utilizados para crear el hormigón de las calles, proveen de cierto nivel de flexibilidad a la plancha que recubre las calles.
Las líneas de asfalto que rellenan las uniones de los bloques de concreto, y que sirven para absorber su desplazamiento constante por el paso de los vehículos y los cambios de temperatura, son las principales víctimas de la salinidad en el agua del deshielo.
Estas líneas son corroídas con mayor rapidez que el concreto u otros materiales, y permiten así la filtración del agua por debajo de las calles, debilitándolo y facilitando el surgimiento de baches.
Problemas de pavimentación
Uno de los recursos más utilizados para la repavimentación de las calles o el recubrimiento de baches y grietas es el tendido de grandes planchas de asfalto, que durante la temporada invernal sufren un enorme desgaste debido a la gran cantidad de agua salada que fluye por las calles, además de los bruscos cambios de temperatura, que terminan por romperla.
Recomendación
Los efectos corrosivos de las sales en combinación con el agua, afectan directamente a la estructura de los vehículos, especialmente a las que tienen mayor contacto con el agua, como las llantas, frenos, sistema de suspensión y en general toda la parte inferior del automóvil.
En temporada de invierno, es recomendable lavar todas estas partes al final del día para reducir los efectos de corrosión de estos minerales sobre el metal de los vehículos.