
Tal como señala Tania, “allá nos encontramos con una cantidad de posibilidades impresionantes, por lo tanto no nos limitamos a sólo trabajar lo que nosotras llevábamos, sino que también colaboramos mucho con cada trabajo de los investigadores que se encuentran en el laboratorio. Es así como también nos tocó trabajar con muestras de cactus, tiburón y enterarnos de otras técnicas diferentes para arañas, corales, fue algo muy interesante”. Fernanda a su vez comenta; “lo más importante es que logramos el objetivo principal que era la optimización de PCR para genes mitocondriales, tanto de centollas (gen COI), como de merluzas (gen 16S, COI y Citocromo B) y finalmente secuenciar los genes amplificados en ambas especies. No quisimos enfocarnos solamente a nuestro objetivo principal, sino que aprovechamos al máximo esta estancia y estuvimos colaborando y aprendiendo en todo lo que pudimos con cada una de las personas que trabajan en el Laboratorio de Genética para la Conservación del CIBNOR”.
Estas jóvenes ahora se suman al laboratorio de genética molecular del CEQUA, el cual además tiene al estudiante proveniente de Argentina Pedro de Carli, quién actualmente está cursando el Magíster en Ciencias, mención en Manejo y Conservación de Recursos Naturales en Ambientes Subantárticos, de la Universidad de Magallanes.
Ya de vuelta en Magallanes Fernanda analiza la situación, “El darle la posibilidad a personas jóvenes de la región que recién han egresado es fundamental, ya que en este momento nos encontramos con todas las energías de seguir aprendiendo cosas nuevas y ganar experiencia e invertir esos conocimientos adquiridos a favor de nuestra región. Magallanes tiene una infinidad de recursos que potencialmente pueden ser utilizados con fines productivos de manera sustentable, y en este momento no se encuentra el personal capacitado para ello. Queremos aprovechar el capital humano existente en la región para sacar provecho de nuestros recursos, y ser nosotros los que vayamos a la vanguardia en estos temas”.