
De esta cifra, según el jefe de las fuerzas de la OTAN y EE.UU, John Allen, 11 víctimas eran civiles, cinco policías afganos y 11 terroristas.
Allen, informó además que los de los 11 insurgentes, siete perecieron en el edificio en construcción donde se habían atrincherado, y los cuatro restantes eran atacantes suicidas.
Informaron también que detrás de este ataque se presume como responsable a una red terrorista con sede en Pakistán, conocida como Haqqani, quien según la inteligencia estadounidense tiene lazos con los talibanes y Al Qaeda.