
“Hoy las y los consumidores tienen muchas dificultades para entender el crédito; tienen que saber matemáticas avanzadas para saber cuánto terminarán pagando o ser economistas o abogados para entender los contratos. Si no entendemos el crédito, no podemos elegir”, indica Ramírez Jaramillo, reiterando la obligación de las empresas de entregar información clara, pero también, de los consumidores de exigir esa información y premiar con su contratación a quien le entregue las mejores condiciones.
Una encuesta encargada por el SERNAC determinó que el 54% de los consumidores destina hasta un cuarto de sus ingresos familiares a pagar préstamos o compras hechas a crédito. Es decir, que si un consumidor gana $200.000, destina hasta $50 mil sólo en pagar las cuotas de los créditos.
La principal recomendación es usar el crédito sólo si es necesario, utilizar una sola tarjeta para evitarse los cargos por mantención y comparar eligiendo la empresa que entregue las mejores condiciones. Los estudios del SERNAC han comprobado una y otra vez que un consumidor puede terminar pagando hasta el doble si accede a las condiciones menos convenientes de un crédito.