
Al llegar a su domicilio se percató de lo ocurrido, y luego de revisar sus pertenencias recordó que no le habían devuelto el medio de compra, por lo que fue nuevamente al local comercial, habló con la funcionaria sin embargo ésta negó el habérsela quedado, insistiendo incluso que se la había pasado junto con su cedula de identidad.
Le faltaba dinero
Debido al cierre comercial, la víctima pudo sólo el martes concurrir por la mañana al servicio de atención a reportar el extravío de la tarjeta y solicitar una nueva, pero fue en ese momento en que se le informó que tres compras, por una suma cercana a los cien mil pesos se habían llevado a cabo la misma tarde de haberla perdido.
Con estos nuevos antecedentes acudió a interponer la denuncia al cuartel de la policía civil, despachándose los antecedentes a la Bridec, la que en el transcurso de la tarde se entrevistó con J.E.O., de 21 años, la cajera y su madre dilucidando los hechos.
“Palo blanco”
Según los resultados de la investigación, la mujer luego de cobrar la compra realizada por la víctima ocultó en la caja el plástico de débito, entregando sólo la identificación del comprador. Luego de que éste se retirara del local la mujer llamó a su madre por teléfono para que efectuara la compra.
Al llegar su progenitora, y valiéndose de ser trabajadora “part time” del local le pidió a una compañera que le cobrara con la tarjeta a su madre (supuestamente era de su marido), porque no portaban el carné del esposo, a lo que la colega accedió.
El botín conseguido constó de un cordero entero y varios productos comestibles, avaluada en un monto total de $ 89.352. Luego de revisar la vivienda de la imputada, fue posible recuperar la mayoría de las especies defraudadas, sin embargo se encontró la mitad de la carne.
El comisario Genaro Román, jefe de la Bridec, señaló que “la mujer detenida presentaba una orden de detención pendiente por el delito de hurto, entregándosele todos los antecedentes al Ministerio Público. En este caso particular hay que hacer un llamado a la comunidad a permanecer alerta, incluso en los locales comerciales a los que habitualmente se dirigen, ya que como hemos podido ver en este caso, algunos trabajadores malintencionados pueden cometer estafas a la clientela”.
El efectivo policial agregó que “incluso la cajera que prestó colaboración a las imputadas, actuando de buena fe, puede verse involucrada en la acción penal por prestar colaboración, por lo que el llamado es a no prestar ayuda en situaciones que no sean de total transparencia