
En el mismo sentido, Gutiérrez señaló enfático que tanto las autorregulaciones fomentadas por la industria, como las actuales discusiones que se barajan en la “Mesa del Salmón”, permitirán que situaciones como ésta no vuelvan a ocurrir. No obstante, sostuvo, se debe seguir trabajando, sobre todo en temas relacionados con el marco regulatorio, el modelo productivo, la institucionalidad del sector y la inversión en investigación.
Por su parte, el gerente general del gremio, Carlos Odebret, aseguró que la percepción de crisis ya está en retirada, lo que se ha traducido en un aumento de las siembras: “Desde que la percepción de crisis y al mismo tiempo la condición sanitaria mejoró significativamente, hay un aumento de las siembras llegando a agosto de este año a cerca de 9 millones de smolts, con un peak en el mes de enero de este año, donde observamos cerca de 11 millones de smolt de salmón del Atlántico. Por lo tanto, hay una condición que va en franca recuperación y la percepción de riesgo por parte de los actores ha mejorado”, estimó.
Asimismo, Odebret aseguró que las mortalidades han descendido satisfactoriamente, y recordó que “en 2009 para el salmón atlántico, tuvimos una alta mortalidad asociada al virus ISA, e inmediatamente al mes siguiente tuvimos un boom de algas en pleno verano, y eso significó mortalidades cercanas al 14% mensual, y hoy por hoy, eso ha cambiado. El salmón atlántico tiene una mortalidad cercana al 0,4% mensual con ciclos cerrados finales de un 7-8% de mortalidad acumulada, lo que es mejor a los ciclos previos al virus ISA, cuando teníamos ciclos cerrados cercanos al 15-16%”, expuso, detallando que las principales causas de mortalidad tienen que ver con peces rezagados, daños orgánicos, predadores, y enfermedades como RCS y caligus.
Consultados respecto a los costos que significa para la industria la puesta en marcha de las nuevas regulaciones, los dirigentes de la industria salmonera indicaron que a pesar de que estos aumenten, no significan pérdidas, ya que al ser menor la tasa de mortalidad, será mayor la producción y en definitiva, los ingresos.
Gutiérrez explicó que “estos mayores costos de estas prácticas no lo son, porque con éstos bajamos otros costos menores y costos en mortalidad, que producen un aumento de competitividad”. Mientras que Odebret, graficó las posibilidades de la industria, argumentando que mientras menos peces mueran, y más gordos sean, mayores serán las ganancias, por lo que el negocio está en hacerlos engordar lo máximo posible.