“Fue tremendo porque el auto entró a mi dormitorio y yo no podía salir. Trataba de pedir ayuda y mi hija pensó que yo estaba muerto”, declaró ayer a Diario El Pingüino. Eran pasadas las cinco de la madrugada de ayer y Héctor Rodríguez Muñoz, jubilado de 73 años, dormía plácidamente en su hogar de Puerto Natales. No obstante, un golpe fuerte, como un estruendo, acompañado de un ruido ensordecedor lo despertaron abruptamente. Trató de levantarse, pero tenía un auto en los pies de su cama. No lo podía creer.
El accidente ocurrió en avenida Santiago Bueras
Nº 1330, donde Rodríguez vive junto a su hija y un nieto.
Ebrio
Un conductor que guiaba en estado de ebriedad perdió el control del vehículo y terminó sobre la vereda, impactando el frontis de la vivienda del pensionado, por el lado de la habitación. “Me rompió todo, tanto el televisor, un calentador y otras cosas”, declaró ayer a Diario El Pingüino. Esta persona jamás podrá olvidar lo sucedido y después de ver la magnitud de los daños solamente se limita a agradecer a Dios estar con vida. “Fue tremendo, porque el auto entró a mi dormitorio y yo no podía salir. Trataba de pedir ayuda y no podía. Mi hija pensó que yo estaba muerto y lloraba”, sin embargo, por milagro esta persona solamente sufrió lesiones leves.
El accidente fue denunciado a Carabineros de la Segunda Comisaría de Puerto Natales a las 5.15 horas de la madrugada de ayer. Una patrulla constató que un Mitsubishi deportivo negro, inscrito a nombre de Bruno Ramiro Rodríguez, se encontraba incrustado en la vivienda.
El conductor alcanzó a salir del vehículo y emprendió la fuga, dejando abandonado el móvil chocado contra la vivienda de material ligero.
El afectado dijo que todo pudo ser peor, de no ser que el automovilista primero impactó un cerco de cemento, lo que en algo ayudó a frenar su loca carrera.
A la emergencia concurrió una ambulancia del SAMU, quienes trasladaron al dueño de casa a constatar lesiones al hospital de Puerto Natales. También llegaron voluntarios de Bomberos, de la primera y segunda compañías, ante una eventual fuga de gas.
“Estaba completamente borracho, al igual que la otra persona que lo acompañaba”, recordó el dueño de casa.
Ahora, más tranquilo, confiesa que “fue un accidente con mucha suerte, pero no dejo de estar triste por lo que nos pasó. Sobre todo por los daños que me dejó en la casa, si rompió todo”, lamentó Rodríguez.
Hasta el cierre de esta edición el chofer del vehículo, que está identificado, no había sido detenido.