Hace una semana, los familiares de las seis víctimas del accidente aéreo en Juan Fernández que aún no han sido encontradas participaron en una reunión en el Ministerio de Justicia. Ahí se les comunicó el fin del proceso de identificación de restos. En esa cita estaba presente el juez Juan Cristóbal Mera, quien recibió un antecedente nuevo que podría dilucidar si la Fuerza Aérea autorizó el vuelo a pesar de conocer las malas condiciones meteorológicas.

El abogado querellante que representa a tres de estas familias, Alfredo Morgado, reveló a La Tercera que el lunes pasado le indicaron al juez de la existencia de un llamado telefónico de uno de los funcionarios de la Fach que volaron ese día, en el que les dijo a sus parientes que estaba preocupado por las malas condiciones climáticas.

"Los familiares le manifestaron (al juez) que estableciera responsabilidades e individualizara quién había ordenado y autorizado esta misión. Todo esto en concordancia con que ellos habían recibido un llamado telefónico de un funcionario de la Fach que ese día tenía que abordar el avión y que se vio obligado a hacerlo por la subordinación y jerarquización de la institución armada. Ahí les manifestó su preocupación de que este vuelo se realizara, justamente por las precarias condiciones meteorológicas", señaló el abogado.

En esa reunión también estaban presentes el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, y el director del Servicio Médico Legal, Patricio Bustos.

Diligencias

Este nuevo antecedente provocó que el magistrado ordenara una serie de nuevas diligencias en torno a dilucidar si otros familiares recibieron este tipo de llamado de alerta.

"Eso ameritó que se decretaran diligencias sobre los testimonios a las llamadas telefónicas previas efectuadas por quienes tenían que abordar el avión, en el sentido de manifestar su preocupación y el temor fundado a sus propios familiares previo a abordar el Casa 212", manifestó Morgado.

A este nuevo antecedente, se sumó la entrega de un informe elaborado por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) sobre la predicción de viento el día de la tragedia en que se estrelló el avión de carga que transportaba 21 personas.

Entre ellas estaban el animador Felipe Camiroaga, el periodista Roberto Bruce, el empresario Felipe Cubillos, funcionarios de la Fach y profesionales del programa Buenos Días a Todos, del Desafío Levantemos Chile y del Consejo de la Cultura.

Peritaje

En el documento de la DGAC, que tiene en su poder el juez, se indica que el día del accidente había vientos que alcanzaban los 67 kilómetros por hora y que, a veces, eran cruzados sobre la pista de aterrizaje a una altura de 30 metros. Además, tenían el carácter de arrachados, o sea que eran inconstantes, por lo que hacía muy difícil el manejo de la aeronave para el aterrizaje.

Según los expertos, los vientos que puede soportar este tipo de avión son de hasta 46 kilómetros por hora, dado que tiene una estructura de cajón y no tubular, lo que dificulta la maniobrabilidad.

Para Morgado, este peritaje viene a confirmar los planteamientos de las familias de las víctimas en cuanto al que el viaje nunca debió realizarse. El abogado defiende a los parientes del camarógrafo Rodrigo Cabezón, de Joel Lizama y de Romina Irarrázabal.

"El peritaje viene a confirmar de la inconveniencia y lo riesgoso que era este vuelo. Sobre todo si tomamos en cuenta los fuertes vientos de tipo cruzado e inestable. Esto en relación con la estructura propia de esta aeronave, el peso de la misma, que estaba en su máximo, y la falta de combustible suficiente para ir y volver", dijo Morgado.

Además de estos factores al momento de aterrizar, el abogado indicó que durante el trayecto también hubo fuertes vientos frontales que provocaron una mayor resistencia para la aeronave y por ende un aumento en el consumo de combustible.

"Todo esto tiene que ver con la planificación del vuelo, donde tienes que tomar en cuenta estos factores", señaló Morgado.