El ex Presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, planteó una “hipótesis de conflicto” con Argentina en relación a las diferencias que mantuvieron ambos países por la construcción de la papelera Botnia. La que fue rotundamente desestimada tanto por ex ministros transandinos como por la esposa del actual Mandatario uruguayo, quien es senadora en ese país.
Según Vázquez, su gobierno analizó la posibilidad de una guerra mientras escalaban las diferencias entre ambos países por la edificación de la planta, situada cerca del río Uruguay, buscando, incluso, apoyo en Estados Unidos.
“Es absurdo”, sentenció Lucía Topolansky, senadora y esposa del actual Presidente uruguayo, mientras que José Mujica aseguró que “quedará como una anécdota escolar”.
La parlamentaria agregó además que: “Espero que no se complique (la relación con Argentina) y que las señales que nuestro gobierno le ha dado al gobierno argentino sean lo suficientemente firmes”, aseveró.
El vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, se negó a calificar las declaraciones del ex Mandatario y pidió seguir “recorriendo el camino” que ha propuesto Mujica en cuanto a aplicar diálogo a las diferencias sobre la papelera.
En Argentina, ex miembros del Gabinete de esa nación durante el período álgido de las disputas por Botnia descartaron que hubiera existido la posibilidad de un conflicto armado.
“Con lo que dijo, Tabaré Vázquez, demuestra que es un hombre parroquial, doméstico, suburbano, sin conocimientos en derecho internacional ni en política internacional. Además, no tiene palabra”, afirmó el ex canciller argentino Rafael Bielsa, quien estaba en funciones cuando se inició la controversia.
“Frente a esto siento mucha tranquilidad por la forma serena, paciente y apegada al derecho en la que Argentina manejó el conflicto. Uruguay no hizo lo mismo con nosotros”, añadió.
Bielsa dijo que Vázquez “tuvo un comportamiento sistemáticamente mendaz respecto de Argentina”, y añadió que ahora, al agregar detalles operativos sobre la posibilidad de una agresión bélica, “lo único que hace es rebajar todavía más su inexistente estatura de estadista”.