Encapuchados ingresaron la madrugada del lunes al establecimiento, para lo cual rompieron uno de los ventanales de la parte posterior. Una vez al interior se dedicaron a realizar destrozos, rayar los muros y esparcieron en todas las salas y la cocina donde se preparan los alimentos polvo químico de los extintores. Las mesas y sillas fueron sacadas de las salas de clase. Los trabajos de los más pequeños de pre kínder, kínder y primeros básicos, fueron destruidos. Los libros de clases y de la biblioteca también sufrieron el ataque vandálico. El desorden, vidrios rotos y bombas de pintura en los muros era parte del desolador panorama, lo que obligó a suspender las clases.