
Tras descubrir una grieta emergente que atraviesa la plataforma de hielo flotante del glaciar Pine Island en la Antártica, los científicos han sobrevolado la zona, realizando un seguimiento del glaciar, obteniendo medidas detalladas del iceberg.
Desde 2001, cuando se encontró una grieta en el glaciar, que los científicos especulaban en que este fenómeno volvería a ocurrir. Fue hasta el pasado 14 de octubre, cuando el vuelo DC-8 de la NASA, y las posteriores imágenes satelitales, mostraron nuevas evidencias de la grieta.
La grieta del Pine Island, ubicada a 50 metros de profundidad, se extiende por 18 kilómetros aproximadamente, y podría producir un iceberg de más de 800 kilómetros cuadrados.
El Pine Island, es uno de los glaciares más grandes y de movimiento más rápido en la Antártica; posee rápido adelgazamiento, drenando el 10 por ciento de la capa de hielo de la Antártica Occidental. Sin embargo, los científicos descartan que sean producto del cambio climático, sino más bien, como parte de un ciclo natural, que se producen cada pocos años, y que son de muy similar tamaño. La grieta formada entre finales de septiembre y principios de octubre, posee unos 80 metros de ancho en promedio.
Según explicaron los científicos, la Operación Ice Bridge de la NASA, constituye la mayor campaña de vuelos de investigación sobre la región polar de la tierra, en relación a los recursos destinados.
La misión que comenzó en octubre pasado, con base en Punta Arenas, tiene por objetivo continuar las mediciones de la capa de hielo durante el periodo en que los satélites no se encuentran operativos. Las actividades de Ice Bridge están diseñadas para comprender como las capas de hielo de Groenlandia y la Antártica, contribuyen al aumento del nivel del mar.
“Nuestro objetivo es comprender cómo las principales masas de hielo del mundo, pueden contribuir al aumento del nivel de los océanos. Con un tercer año de recolección de datos en proceso, estamos empezando a construir nuestro propio registro de cambios”, explicó Michael Studinger.