El movimiento telúrico de 5.7 grados, se registró en la provincia de Van, la misma zona azotada por el terremoto de octubre que dejó 600 muertos. Tras el violento sismo registrado en Turquía, las brigadas de rescate han sacado a más de 20 sobrevivientes de entre los escombros de varios edificios colapsados.
Este nuevo sismo de 5.7 grados mató al menos a siete personas y dejó decenas más atrapadas, según los primeros balances de las agencias de protección civil de ese país.
El viceprimer ministro, Besir Atalay, asegura que el sismo derribó 25 edificios en la ciudad de Van, pero sólo tres de ellos estaban habitados, ya que los otros habí­an sido evacuados al sufrir severos daños en el terremoto de octubre.
Atalay comentó a los medios de comunicación que los trabajos de rescate se concentran en el lugar donde colapsaron dos hoteles y un edificio de apartamentos.
En ese lugar pudieron ser rescatadas con vida al menos 23 personas y se recuperaron los cadáveres de siete personas.
El movimiento telúrico golpeó la provincia de Van, a poco más de dos semanas de que un terremoto de 7,2 en la misma región cobrara la vida de 600 personas.
Los cientos de rescatistas se abrieron paso entre acero retorcido y concreto desmoronado en un intento por encontrar sobrevivientes, en un recordatorio de las escenas que recién afectaron al país.
Según informes, los hoteles caí­dos estaban ocupados por periodistas y trabajadores humanitarios involucrados en los esfuerzos de recuperación tras el primer sismo.
Según testigos, habí­a periodistas trabajando en el vestí­bulo en el momento del terremoto, quienes también manifestaron su preocupación por la gran cantidad de grietas que había en el edificio, pero los administradores aseguraron que no había daño estructural.
Cerca de 1.400 réplicas han sacudido la región desde el enorme terremoto del 23 de octubre, que mató a 600 personas y dejó a miles sin hogar.
Muchos residentes han estado viviendo en tiendas de campaña, a pesar del frí­o, demasiado asustados para regresar a sus hogares. Al menos 2.000 edificios resultaron destruidos en el terremoto más fuerte, y las autoridades declararon otros 3.700 edificios no aptos para vivir.