El Ejército estadounidense puso fin oficialmente a la guerra en Irak retirando una bandera de las fuerzas estadounidenses en una ceremonia en Bagdad, encabezada por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, casi nueve años después de la invasión que derrocó a Saddam Hussein. Los últimos 4.000 efectivos de EE.UU. se retirarán del país a fines de año, lo que dejará a Irak enfrentando a una debilitada pero persistente insurgencia, tensiones sectarias e incertidumbre política. En el momento de mayor presencia, el número de militares estadounidenses en el país llegó a 170.000.
Este acto tiene lugar un día después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, marcara el fin “histórico” de nueve años de guerra en Irak frente a los soldados de Fort Bragg, en el estado de Carolina del Norte, que han luchado en ese conflicto.