
Así lo confirmó ayer la Dirección General de Aeronáutica Civil, determinando, mediante los peritajes de rigor, que habría desaparecido en vuelo mientras cubría la ruta de Río Gallegos a Ushuaia, en Argentina, y cuyos vestigios permanecieron en misterio hasta 1983, cuando fueron hallados de igual manera por montañistas de la Universidad de Magallanes (Umag).
De esta forma, la hipótesis más acertada es que la aeronave había sido tapada por la nieve del sector desde el accidente, y que producto de los deshielos quedaron al descubierto.
Según el informe oficial de la entidad, la aeronave -matrícula B-019- prestó servicios para la Fuerza de Tareas Antárticas del vecino país y era pilotada por el comandante Bautista Faustino Mendioroz, el cual viajaba junto a una tripulación de diez oficiales al momento de la tragedia.