
Esta patología se describe como altamente contagiosa, capaz de causar brotes explosivos y se caracteriza por fiebre, tos y descarga nasal; es de carácter auto limitante, es decir, tiene un ciclo y la mayoría de los equinos se recupera completamente, sin embargo este periodo de recuperación puede llevar desde semanas a meses si no es tratado adecuadamente. No afecta a las personas ni a otras especies animales productivas.
La fuente más común de infección es la introducción de un animal nuevo en el predio, por lo tanto el primer manejo debe ser el del aislamiento de los afectados y la segregación de éstos, basado en su estado de infección. Como no existen fármacos antivíricos específicos contra la IE, solo es posible aplicar medidas que mantengan a los animales en el mejor estado posible mientras permanecen infectados y establecer un plan de vacunación y revacunación para aquellos que se encuentren sanos para obtener altos niveles inmunitarios y lo que es importante no someter a ejercicio o trabajo a los equinos afectados.
Otzen señalo que “la influenza equina es una enfermedad de denuncia obligatoria y de notificación internacional a la OIE. En Chile se ha presentado en forma esporádica y en algunas ocasiones ha mostrado un carácter de epizoótico. El último brote data del año 2006 y afectó a cinco regiones del país. Esta enfermedad se ha presentado en años anteriores en nuestra región, razón por la cual el SAG exige que los quinos que ingresen a Magallanes vengan vacunados, ya que existe un medicamento que da una excelente inmunidad”.
El SAG hace un llamado a los propietarios de equinos y médicos veterinarios de ejercicio privado, a estar atentos a eventuales signos compatibles con la enfermedad y efectuar la denuncia en sus oficinas, ubicadas en Av. Bulnes 0309, Punta Arenas.