
El hallazgo se suma a los seis muertos encontrados por los servicios de rescate en las anteriores jornadas de búsqueda. Antes de este hecho, las autoridades cifraron en 29 los desaparecidos producto del accidente.
La recuperación de las nuevas víctimas ocurrió la misma jornada en que el capitán del crucero, Francesco Schettino, fue interrogado por la Fiscalía italiana. Schettino enfrenta los cargos de homicidio múltiple y de abandono del barco. Los jueces deberán decidir ahora si confirman su arresto. En caso de ser declarado culpable el capitán arriesgaría una condena de 15 años de cárcel.
Schettino, de 52 años, descrito por la prensa italiana como un oficial amable y curtido, trabaja desde hace 11 años para la empresa y ascendió a capitán en 2006. Es oriundo de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, de donde provienen muchos capitanes de cruceros y transbordadores.
Schettino relató su versión de los acontecimientos ante los fiscales y el juez en una audiencia preliminar que debía determinar si permanecía en la cárcel, como pidió la fiscalía. Su abogado, Bruno Leporatti, dijo en la audiencia que después de chocar contra los arrecifes, Schettino maniobró para acercar al buque a la orilla, con lo cual salvó “cientos, acaso miles de vidas”. Sin embargo, varios pasajeros dijeron que la evacuación fue caótica.
En tanto, la empresa Smit de Rotterdam, especializada en retiro de desechos marítimos informó que tomará de dos a cuatro semanas retirar el combustible del buque. La extracción de este podría comenzar hoy si lo aprueban las autoridades italianas.
El ministro de Medio Ambiente italiano, Corrado Clini, advirtió que un derrame frente a la isla de Giglio, que forma parte de un refugio para delfines, masopas y ballenas, provocaría un desastre ecológico ya que hay alrededor de 2 millones de litros (500.000 galones) de combustible a bordo del crucero.