Víctor Oyarzún: entre el éxito y la gloria

General
18/01/2012 a las 13:35
Para Víctor Domingo Oyarzún haberle entregado una alegría a la comunidad futbolera de Punta Arenas con la Selección Campeona de Chile en 1980 es uno de los momentos más grandes que le ha correspondido vivir en el fútbol. Oyarzún, escurridizo puntero en sus mejores tiempos, dice que resultaba impensado en esos tiempos, pensar que Punta Arenas pudiera llegar a la final y menos ganarla, pero conforme fue avanzando el torneo se dieron cuenta de que con mucha entrega y “algo más” se podía lograr el objetivo. Oyarzún recuerda que Juan Carlos Cáceres fue el único refuerzo que tuvo la selección, Cáceres había jugado en un nacional anterior contra Punta Arenas defendiendo a San Bernardo por lo tanto ya había una cierta amistad, además fue un jugador que se enganchó inmediatamente con el grupo.
El público respondió de forma increíble y para la final ante Temuco se repletó, lo que pocas veces había ocurrido en el Estadio Fiscal de Punta Arenas.
- ¿Que faltó para haberse transformado en campeón de Chile como jugador y como técnico dirigiendo a la selección de 2005?
“Puede parecer una excusa pero para ser campeón a veces también hay que tener algo de suerte. El nacional de 1980 ganamos la final en penales con un disparo del jugador de Temuco Ulises Sepúlveda en uno de los postes, y perdimos la final del Nacional de Magallanes 2005 ante Santa Cruz en penales con un tiro de Miguel Ángel Miranda que pegó en uno de los tubos cuando el día anterior le habíamos ganado a Antofagasta en lanzamientos penales 6-5. Pero así es el deporte, a veces también toca perder y no siempre se está preparado para enfrentar esos momentos complejos”.
- ¿Por qué se perdió siendo entrenador del Chile la final de Clubes con Unión Católica de Nogales?
“Nosotros pagamos el noviciado. Nos encontramos con un equipo semiprofesional, muy mañoso y avezados que hicieron lo que a ellos les convenía. A nosotros sólo nos faltaba un gol para ganar el título y no lo pudimos lograr, pero también hay que darle el mérito a ellos que fueron capaces de manejar el partido, nos faltó mucha experiencia, éramos un equipo relativamente joven”.
- ¿Es un deuda no haber sido campeón de chile como entrenador, cuando estuvo tan cerca?
“Quedó quizás como una deuda pendiente, pero no siempre se puede ganar, también hay que darle méritos al rival, sino sería muy sencillo el fútbol. Si tú siempre ganaras, no tendría sentido jugar porque tú vas a la cancha sabiendo que puedes ganar o perder, en todo caso lo tomo como una amargura porque tal vez pudimos haberle dado otra alegría a nuestra gente”.
- Además del nacional del 80, ¿qué otras alegrías le brindó el fútbol?
“Haber debutado en primera división a los 15 años. Tuve también la suerte de ser seleccionado de Punta Arenas adulto juvenil muy temprano y en esos tiempos vestir la camiseta de Punta Arenas era un orgullo. Para mí siempre ha sido un privilegio colocarme la camiseta de Punta Arenas, se puede andar muy mal en tu club, pero al ponerte la camiseta de tu ciudad hay un cambio radical e inexplicable”.
-¿Cómo ve el nivel del fútbol hoy en Punta Arenas?
“No es bueno vivir de los recuerdos, pero ha bajado el nivel en nuestra ciudad. Una vez lo dijo Mario Galindo: ‘Hay demasiados clubes y no hay tantos jugadores de calidad, tenemos más cantidad’. A pesar que siempre hay jugadores que marcan la diferencia, pero cada vez son los menos, además que ahora los chicos se dedican a otras cosas, el fútbol no es prioridad para ellos”.
-¿Quiénes han sido los mejores jugadores que ha visto pasar?
“A mí me gustó mucho Osvaldo “Chico” Oyarzún, Dolorindo “Lulo” Hernández, Rodolfo ‘Fito’ Martinovich y Enrique ‘Caco’ Cárcamo. Sin embargo, uno que me marcó fue el natalino Luis ‘Gallito’ González, que venía a jugar de Natales y yo iba a ver a Gallito González, un jugador fuera de serie, fue un espejo que tuve para mis inicios en esta actividad”.
Finalmente, Oyarzún tuvo sentidas palabras para tres personas que marcaron de alguna manera su exitosa carrera deportiva: “Héctor “Tito” Boullosa, mi profesor y maestro. Me corrigió, me enseñó y ‘me tiró las orejas’ cuando fue necesario; Víctor Chaura, seleccionado de Castro y de Punta Arenas, gran figura del Club Deportivo Chile y Ramón ‘Cabezón’ Villegas, mi padre deportivo; ellos fueron personas importantes que conocí en el fútbol”, manifestó.

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