Nacido en Punta Arenas, Oscar Navarro cursó todos sus estudios en el Liceo San José y luego ingresó a la Universidad de Chile. El año 1962, cuando hizo su beca médica, volvió a ejercer a su tierra natal y no se movió más, salvo cuando tuvo que salir a cursos de especialización o viajar por lo mismo a Estados Unidos.
No es fácil en un lapso tan corto de tiempo pedirle un balance, pero su humildad lo lleva a sintetizar toda su labor en una sola: “me siento contento de servir en mi tierra”, y de paso reconoce que el cariño por la familia lo ancló de por vida en Punta Arenas. Pero ahora, que está pensando en “colgar el delantal”, proyecta radicarse “en el norte” para estar más cerca de los hijos y los nietos.
Quinta generación
Hablando de su trayectoria, en el campo de la ginecología, recuerda que tres de sus cinco nietos los trajo él al mundo. Lo que más releva es tener pacientes que las atendió de muy joven y ahora lo van a ver a la consulta las hijas, nietas y bisnietas, llegando a la quinta generación.
Consultado por los cambios que ha experimentado su especialidad médica, el doctor Navarro admite que “ha cambiado mucho, en todo sentido”, partiendo por los modernos equipos que hoy permiten realizar cosas impensables cuando egresó de médico. Además, resalta que actualmente la mujer asumió una mayor preponderancia y autoridad. “Ahora ellas deciden si quieren cesárea. Antes lo que decía el médico se hacía”. Lo mismo que la esterilización. Antes no lo podían hacer si no tenían 34 años y cuatro hijos, “ahora pueden operarse cuando quieran, incluso sin autorización del marido”, dice sonriendo.
Con la modernidad destaca que ahora es posible saber el sexo del hijo a las seis u ocho semanas. Por lo mismo el doctor Navarro tuvo que actualizarse, en el campo de la tecnología y el conocimiento.
Es un agradecido de la gente de Magallanes y de cómo lo tratan. Como anécdota cuenta que en la calle se encuentra con gente que no conoce o recuerda, y sin embargo lo saludan y le dan las gracias. “El otro día un caballero fue a la consulta con su señora y me pidió que la atendiera, porque yo lo recibí al nacer y ahora quiere yo reciba a su hijo”.
Calidad humana
“Es uno de los pocos médicos que no le cobra a la gente de escasos recursos. Las atiende gratis, y jamás pide otro bono si de ver un examen se trata o si van por una segunda consulta”, dice una colaboradora. Hasta 15 mujeres por día pasan por la consulta, incluidas las que van por una ecografía.