
Tristeza y desconsuelo evidenciaron ayer los 45 científicos y militares brasileños evacuados de la Base Antártica Comandante Ferraz, que el sábado fue destruida por un dantesco incendio en el que fallecieron dos personas. Explosiones y enormes llamas angustiaron a los testigos que vieron cómo la estructura era completamente devastada.
Hoy serían trasladados a Santiago los cuerpos de las víctimas fatales.