El máximo organismo de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó a Siria debido a las “violaciones generalizadas y sistemáticas” cometidas contra civiles en la represión de la disidencia. Mientras tanto, más gobiernos occidentales cerraron sus embajadas en Damasco debido al deterioro de la seguridad. Los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobaron por 37 votos a favor y tres en contra, Rusia, China y Cuba, una resolución que presentó Turquía y que exhorta a Siria para que suspenda de inmediato todos los ataques contra civiles y permita el acceso irrestricto a diversos grupos de asistencia humanitaria. También apoyó la recopilación de pruebas sobre posibles crímenes de lesa humanidad y otros abusos graves en la lucha en Siria para que los culpables puedan ser responsabilizados más adelante.El Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, carece de capacidad jurídica, pero los diplomáticos lo consideran un aval moral que puede alentar resoluciones similares en el poderoso Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La banca de Siria permaneció vacía durante la votación, después que el enviado de ese país a la ONU se retiró el martes del Consejo tras acusar al organismo de apoyar el terrorismo y prolongar la crisis en su país.
Rusia y China se opusieron a una resolución parecida ante el Consejo de Seguridad por temor a que desemboque en una acción militar occidental contra el régimen del presidente sirio Bashar Assad.
La ONU calcula que más de 7.500 personas han muerto desde que comenzaron las protestas contra el régimen de Assad en marzo del 2011.
Periodistas
atrapados en Siria
Ayer, el Presidente francés Nicolás Sarkozy, señaló que los periodistas Edith Bouvier y William Daniels, que estaban atrapados en Siria, llegaron a salvo a Líbano, luego de permancer en el distrito de Baba Amr de la ciudad de Homs, que estuvo sitiada durante un mes.
Bouvier resultó herida la semana pasada durante un ataque de fuerzas gubernamentales con cohetes a un improvisado centro de prensa, en el que murió la periodista estadounidense Marie Colvin y el fotógrafo francés Remi Ochlik.
En un comunicado posterior al anuncio de Sarkozy, el ministro de Relaciones Exteriores Alain Juppe expresó su “inmensa alegría” de que los dos periodistas estén a salvo en Líbano. “Ellos fueron llevados a la embajada francesa en Beirut y se está haciendo todo para asegurar su atención médica y su repatriación tan pronto como sea posible”, indicó.
