
No es de extrañar que la participación laboral femenina en Chile haya crecido sólo 11,3 puntos porcentuales en los últimos diez años, llegando al 48% en el 2011. Esta cifra dista mucho del 65% que promedian los países de la OCDE.
“El derecho universal de sala cuna tiene por objetivo lograr la entrega de protección y educación de calidad para todos los hijos de padres insertos en el mundo laboral en sus primeros años de vida”, señala Guihard. Como sociedad, debemos considerarlo como un derecho otorgado a los niños, que son el futuro de Chile, y no como un beneficio para los padres.
La última encuesta laboral (ENCLA) señala que del total de las empresas que deben entregar el beneficio de sala cuna, un 36% de las compañías no cumplen con su obligación. “Para asegurar que lo hagan es esencial realizar una buena fiscalización por parte del Estado”, afirma Guihard.
En definitiva, el artículo 203 del Código del Trabajo debe contemplar la importancia de la temprana educación a través de la formación preescolar. Guihard asevera: “Para masificar esta utilización por parte de las empresas es fundamental contar con esquemas de incentivos fiscales que estimulen su cumplimiento”.