A partir de la limpieza de los patios de las viviendas afectadas por el aluvión, la emergencia entró en una nueva fase, aunque no exenta de problemas, principalmente por la falta de mano de obra. Mucha gente no se siente atraída por la remuneración de los planes de empleo municipal y esto genera un retraso en el resultado final.
“La emergencia no termina hasta que no estén resueltos todos los problemas que originaron la catástrofe, como también todo lo que fue afectado por ella”, advirtió el intendente Arturo Storaker.
La coordinaciones apuntan a que lo antes posible la ciudad pueda volver a la normalidad. Y después vendrá la etapa de reconstruir todo lo dañado, un proceso bastante largo.
Por ahora, comentó Storaker, seguimos plenamente vigente con la emergencia porque muchos de los sumideros de aguas lluvia aún están tapados lo que de por sí genera un conflicto y más aún cuando se viene abril y mayo, los meses del año con más precipitaciones.
Incluso llegar a la normalidad implica otros temas, como la reposición de los puentes y la limpieza total del lecho del Río Las Minas.
Por ahora los equipos están abocados a terminar de sacar el lodo de las calles y lo prioritario es la limpieza de la propiedad privada, como los patios. El intendente reconoció que las obras son bastante lentas, a cargo de cuadrillas, “pero el problema mayor es que escasea la mano de obra porque la gente no quiere trabajar por lo que se paga en los planes de absorción de mano de obra, lo que conlleva atrasos no deseados”.
Sobre la costanera, reiteró que mañana podría ser dada al uso de automóviles particulares, siempre y cuando no entorpezcan el tránsito de los camiones que continúan trasladando sedimento.