
El enviado de la Liga Árabe y las Naciones Unidas, Kofi Annan, que trata de poner fin a un conflicto que se ha cobrado 9.000 vidas el pasado año, dijo que el último derramamiento de sangre violaba las garantías que él había dado e instó a Damasco a mantener sus promesas.
El acuerdo en el que medió Annan insta a Siria a comenzar la retirada de sus tropas del interior y alrededor de las ciudades y poblaciones mañana, para dar paso a una tregua que comenzará 48 horas más tarde.
Aunque enfatizaba que eso sucedería, el portavoz del ministerio de Exteriores, Jihad Makdissi, dijo en un comunicado que Siria también quería garantías por escrito.
“Siria tiene un plan de retirada ya en vigor y que está siendo aplicado, pero completarlo y conseguir el objetivo principal definitivamente requeriría las garantías de la otra parte y de los que les apoyan para obedecer los términos de la calma”, dijo.
El responsable sirio también dijo que su país había solicitado garantías de que los gobiernos de Qatar, Arabia Saudí y Turquía detendrán la supuesta financiación a grupos armados.
Annan no hizo referencia de forma específica a las nuevas demandas sirias en un comunicado emitido desde su oficina en Ginebra.
El ex secretario general de las Naciones Unidas expresó su conmoción ante “el incremento de la violencia y las atrocidades”. Ambas partes han acusado a la otra de intensificar los ataques en los días previos al inicio de la tregua.
“Conforme nos acercamos al plazo límite del martes 10 de abril, recuerdo al Gobierno sirio la necesidad de aplicar totalmente sus compromisos y hacer hincapié en que la escalada actual de la violencia es inaceptable”, declaró.
Una gran ofensiva del Ejército sirio para recuperar partes de Idlib que están bajo control rebelde se ha cobrado cientos de muertos y heridos en los últimos diez días. Miles de sirios han huido a Turquía.